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El pasado jueves 20 de noviembre, se celebró en el Hotel Emperador de Madrid el encuentro 'Un café con Laura: la realidad de convivir con la diabetes tipo 1'. En él, la emprendedora Laura Baena y la periodista Sonsoles Ónega subrayaron la necesidad de impulsar programas de detección temprana de esta patología en niños y adolescentes

Ambas participaron en una reflexión que puso en el centro el miedo, la incertidumbre y las dudas que viven los pacientes y su entorno cuando llega el dictamen médico. Baena insistió en que "la detección precoz permite entender lo que viene y aprender con calma a manejar la enfermedad", lejos del impacto emocional que supone enterarse cuando la situación ya es grave.

Desde El Club de Malasmadres, Laura Baena, presidenta de la entidad, afirma que "el problema sigue estando en el desconocimiento y la falta de información", una carencia que, según explicó, impide que muchas familias lleguen preparadas al diagnóstico.

Laura Baena y Nerea Itza durante el encuentro 'Un café con Laura: la realidad de convivir con la diabetes tipo 1'. Cedida

El acontecimiento, organizado por la mencionada institución con la colaboración de la Federación Española de Diabetes (FEDE) y la plataforma Crecer Sin Diabetes, reunió a madres, profesionales de la salud y periodistas.

Una de las cosas que se destacaron es que hace falta más conciencia social y un saber real de lo que implica esta dolencia, ya que todavía existe confusión entre las variantes de la misma en el discurso público. Baena recuerda que "diferenciarlas bien y escuchar a expertas es clave para que se comprendan los síntomas y la naturaleza autoinmune de la 1".

Durante la charla, Sonsoles Ónega compartió cómo afrontó el diagnóstico de su hijo y explicó que "cuando la diabetes tipo 1 llega a tu hogar, te adentras en un mundo de tinieblas muy difícil, pero es solo una cuestión de tiempo. Es un bache, no es un socavón".

La sesión sirvió, además, para compartir testimonios directos y analizar qué barreras siguen presentes en el sistema sanitario.

Las entidades explicaron que más de 1.400 menores reciben cada año esta noticia en España. Para las familias, el primer momento suele ser el más duro: la información llega de golpe y genera un impacto que varía según la situación de cada hogar.

Tal y como señala la propia presidenta de Malasmadres, "un diagnóstico así impacta en lo laboral, lo económico y lo social", y explica que muchas mujeres le trasladaron que tuvieron que dejar sus empleos cuando llegó la enfermedad a sus hogares.

El entorno no siempre sabe cómo actuar y la falta de programas de cribado hace que muchos casos se detecten tarde, añadiendo complicaciones que podrían evitarse.

Durante la conversación, varias madres explicaron cómo cambia la rutina tras el diagnóstico. El control de glucosa, el seguimiento médico y el impacto emocional se convierten en parte del día a día.

Por eso, las ponentes insistieron en que una detección temprana reduce riesgos y da más seguridad a los padres.

Los profesionales sanitarios que acudieron también reclamaron más recursos, más formación específica y campañas claras para que las familias identifiquen señales de alerta antes de que la situación sea grave.

Por ello, Laura Baena asegura que visibilizar la diabetes tipo 1 "es fundamental para poder manejar la situación sin miedo".

Para la organización, su compromiso queda reflejado en una idea que repiten con claridad: "Compartir alivia, escuchar nos une y nos ayuda".

Finalmente, el acto concluyó con un mensaje compartido que pedía avanzar hacia un sistema que detecte antes la diabetes tipo 1, acompañe mejor a las familias y reduzca la carga emocional que supone recibir un diagnóstico tan complejo en edades tan tempranas.