Las casas prefabricadas se han convertido en una alternativa cada vez más considerada frente a la vivienda tradicional, especialmente en un contexto marcado por precios de compra disparados, hipotecas más exigentes y costes de construcción al alza. Para muchas personas, ya no son una opción “secundaria”, sino una solución real para poder acceder a una vivienda digna.
Es el caso de Louise Southerden, una mujer que construyó su propia casa prefabricada, tal y como conocemos a través de Noticias Trabajo, debido a que el alquiler se volvió cada vez más inalcanzable para ella, especialmente porque es autónoma y sus ingresos son variables, en medio de la crisis inmobiliaria que asoló Australia, donde vive.
Cuando tenía 48 años, quería vivir sola y estaba soltera. Sin embargo, no lograba encontrar un lugar que pudiera costear. Por eso, se trasladó a Nueva Gales del Sur, pero todavía no encontraba nada. Pasado un tiempo, cuando tenía poco más de 50 años, tomó la decisión de edificar su propia vivienda prefabricada, harta de esta circunstancia.
Ella contó a Business Insider: “Nunca pensé que viviría en una casa tan pequeña. Creía que siempre sería inquilina y lo aceptaba. Pensaba que era el precio que tenía que pagar por mi trabajo soñado como escritora de viajes. Vivía en Sídney, pero durante 25 años viví prácticamente con lo que cabía en una mochila, viajando por todo el mundo y escribiendo sobre ello”
Además, según se menciona en los medios anteriormente citados, Louise no contaba con el dinero suficiente para adquirir un terreno en el que colocar su vivienda prefabricada, así que los modelos con ruedas fueron la opción ideal para ella. Estos satisfacían todos sus requerimientos porque eran económicas de edificar y sostener, además de que le posibilitaban realizar su sueño de residir casi en una cabaña y conservar el estilo de vida de sus viajes.
A Business Insider contaba que “lo mejor de todo era que fomentaban el estilo de vida minimalista que había aprendido a amar en mis viajes”.
Igualmente, otra ventaja era que, por lo menos en Australia, no estaban obligadas a cumplir con las reglas de construcción. En este sentido, debido a la época del COVID-19, tuvo mucho tiempo libre porque su trabajo se vio afectado por el cierre de fronteras. De la misma manera, cuenta que recibió ayuda del gobierno para subsistir, de tal manera que fue el periodo perfecto para edificar la casa.
También contaba que, después de realizar varios cursos y leer sobre arquitectura de espacios reducidos, encargó una caravana pequeña y comenzó a trabajar con la ayuda de varias personas, entre ellas su pareja de ese momento, que era un excelente carpintero. En septiembre de 2020, fue en un terreno de este lugar donde empezaron a construir su 'tiny house' con ruedas.
Sin embargo, no todo fue bien, en tanto que ella y su pareja llegaron a dedicarle a la casa de 6 a 7 días por semana, describiéndolo como “intensamente fascinante, agotador y estresante". De hecho, “a medida que mi pequeña casa iba tomando forma, nuestra relación comenzó a desmoronarse. No sobrevivió a la construcción, pero conseguimos seguir trabajando juntos”.
Después de ocho meses de trabajo, Louise consiguió terminar su casa y se mudó a ella, su primera vivienda, que era de su propiedad, en mayo del 2021, cuando tenía 56 años.
"Mi nuevo hogar era móvil y pequeño, de solo 7 metros de largo y 2,4 metros de ancho, pero me proporcionaba una sensación de seguridad y protección que nunca antes había experimentado. Fue un gran alivio, como fondear por fin en una bahía tranquila después de haber sido zarandeado por una tormenta interminable”, relataba a Business Insider.
