En España hay actualmente entre 765.000 y 820.000 familias numerosas con título vigente, según los datos más recientes y publicados por organismos como Statista. Aunque la cifra exacta puede variar, es probable que ronde cerca de los 800.000 hogares reconocidos oficialmente bajo esta categoría.
Estas familias representan en torno al 6% del total de hogares españoles, pero concentran un porcentaje mucho mayor de menores, convirtiéndose en un pilar clave para la renovación demográfica. Es el caso los Pich-Postigo, un ejemplo de ello. Desde su infancia, soñaban con tener una familia grande y lo alcanzaron con 18 hijos en total.
En una entrevista concedida a El Mundo, la familia explicó cómo es su día a día siendo tan numerosos y compartió algunas de las experiencias más duras que han vivido, entre ellas la pérdida de tres de sus hijos debido a problemas de salud.
Los médicos les advirtieron entonces de que lo más prudente era no tener más descendencia, ya que existía un alto riesgo de que los bebés nacieran con patologías congénitas. Pese a ese difícil pronóstico, finalmente construyeron un hogar con 15 hijos, en el que cada uno de ellos asumía su parte para mantener la casa organizada.
Con respecto a la economía, criar a una familia tan grande requiere un gasto considerable en muchos aspectos, especialmente en alimentación y ocio. En este sentido, los Pich-Postigo solían realizar la compra por Internet, lo que les suponía unos 600 euros al mes.
Ese presupuesto incluía grandes cantidades de productos básicos: siete docenas de huevos, alrededor de 1.300 galletas, 240 litros de leche y una amplia variedad de artículos de marca blanca.
A esto se sumaba un consumo diario de unas 12 barras de pan, mientras que la fruta la adquirían en una frutería del barrio, siempre de temporada y a menos de un euro el kilo. Además, en su lista de la compra no entraban refrescos ni dulces, que solo se permitían en ocasiones especiales, como los cumpleaños de los amigos de los niños.
Estas cifras sorprendentes de consumo (desde barras de pan diarias hasta litros de leche y galletas por cientos) dibuja una rutina de abastecimiento constante, organización familiar permanente y gestión de recursos al milímetro. Cada comida, cada desayuno, cada merienda debe estar planificada para alimentar a todas las cabezas que conviven bajo un mismo techo.
Pero esta forma de vida va más allá de la alimentación: implica un sistema de cooperación, reparto de tareas, y una filosofía de vida en comunidad donde todos los miembros colaboran para que la casa funcione como un equipo.
Para mantener el buen ritmo, también recurren a tácticas de ahorro: compran fruta solo cuando es de temporada y barata, adquieren pan a diario en la panadería del barrio, y eliminan del menú habitual caprichos caros o innecesarios.
Rosa, actualmente está viuda y sus hijos van formando sus propias familias. Entre ellos, tiene un adolescente en el colegio, otros haciendo máster y unos cuantos trabajando ya. Además, habla con especial orgullo de su faceta como abuela, que combina sin dejar de lado su papel de madre de 15 hijos.
Aunque reconoce que "convivir todos juntos no siempre es sencillo", tal y como dice en una publicación de Instagram, insiste en que "cada uno debe aportar lo suyo".
Aun así, sus reuniones familiares continúan siendo momentos llenos de alegría, conversaciones enriquecedoras y reflexiones sobre los libros que leen, los nuevos proyectos en los que se embarcan y los sueños que cada uno quiere alcanzar.
En una sociedad donde las familias pequeñas predominan, la historia de Rosa y sus hijos rompe esquemas. Su caso demuestra que tener muchos hijos no implica necesariamente caos, sino que puede traducirse en complicidad, solidaridad y trabajo colectivo.
Su experiencia llama a replantear los estereotipos sobre familias grandes y consumo excesivo. La austeridad de los menús, la elección de productos de lujo y reparto de tareas hacen que su modelo funcione con lógica y sostenibilidad. Un hogar con 15 hijos que, lejos de hundirse, demuestra día a día que con organización todo es posible.
