Leonardo Di Chiara es un arquitecto italiano que ha decidido desafiar los esquemas tradicionales de la vivienda. Él asegura para la revista Arquitectura y Diseño que con apenas 9 metros cuadrados vive plenamente y sin carencias, en una microcasa que él mismo diseñó y construyó.
Su vivienda se ubica sobre una estructura con ruedas, equipada con cocina, baño, cama y una zona de trabajo. A pesar del tamaño, cada rincón está pensado con precisión milimétrica, y todos los elementos (muebles, paredes y suelos) cumplen más de una función.
Para Di Chiara, el valor del hogar no reside en los metros cuadrados, sino en su capacidad para proporcionar bienestar y libertad. Vivir ligero, sin acumulación de objetos ni dependencias materiales, le permite enfocarse en lo esencial: viajar, crear y disfrutar del presente.
Leonardo di Chiara en su casa móvil.
Su proyecto forma parte del movimiento "tiny living", que promueve viviendas pequeñas, sostenibles y móviles. Diseñada por Di Chiara, esta tiny house de 9 metros cuadrados incluye cama abatible, escritorio retráctil, armarios ocultos y un baño completo con ducha, todo en un espacio del tamaño de una furgoneta.
El arquitecto ha incorporado soluciones inspiradas en la ingeniería naval y aeronáutica: cada panel, cada cajón y cada bisagra están pensados para optimizar el espacio sin renunciar a la estética. La casa, construida con materiales reciclables, puede desplazarse fácilmente por carretera y conectarse a energía solar.
Leonardo di Chiara en su casa móvil.
Para Di Chiara, reducir el espacio no es un sacrificio, sino un gesto de coherencia. "Vivo en una casa de 9 metros cuadrados que construí yo mismo para vivir en movimiento", afirma el arquitecto, quien ha recorrido Europa con su casa a cuestas mostrando el proyecto en exposiciones de diseño.
Su modo de vida representa una crítica al consumismo y a la necesidad de poseer grandes inmuebles. "No necesito más para poder ser feliz", repite en sus charlas, donde defiende que la felicidad no está ligada al tamaño del hogar, sino a la calidad del entorno y la independencia personal.
Entre las ventajas de este estilo de vida destacan la reducción drástica de gastos y el bajo impacto medioambiental. La calefacción, el consumo eléctrico y el mantenimiento son mínimos. Además, la casa se puede ubicar en cualquier terreno o trasladar fácilmente.
Sin embargo, el propio Di Chiara reconoce que no todo es idílico: "Vivir en 9 metros cuadrados requiere disciplina. No hay lugar para el desorden ni para acumular cosas innecesarias". También menciona que este modelo aún enfrenta barreras legales y culturales.
El arquitecto italiano no solo propone una nueva manera de habitar, sino también una reflexión sobre cómo las ciudades podrían repensar su modelo de vivienda. En un contexto de sobrepoblación, altos precios y crisis climática, su proyecto ofrece una alternativa más humana, económica y sostenible.
Para muchos jóvenes, su experiencia representa una forma realista de emancipación. Casas pequeñas, móviles y eficientes podrían ser una solución viable al problema de acceso a la vivienda, especialmente en entornos urbanos densos.
Leonardo Di Chiara demuestra que vivir bien no depende del tamaño del hogar, sino de la relación que establecemos con él. Su microcasa no solo es un ejercicio de diseño inteligente, sino también una declaración de principios: libertad, sostenibilidad y simplicidad.
En palabras del propio arquitecto: "Menos espacio significa más vida". Su forma de vivir invita a mirar la arquitectura desde otra perspectiva: la de quienes buscan un hogar flexible, consciente y hecho a medida de sus verdaderas necesidades.
