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La baronesa Tita Cervera es propietaria de una majestuosa villa de 730 metros cuadrados edificados en el barrio de El Terreno, Palma de Mallorca. La finca data del siglo XIX y ha sido restaurada respetando su encanto tradicional, con techos altos, vigas vistas y elementos arquitectónicos clásicos.

La vivienda principal alberga seis dormitorios y cinco baños, calefacción central, chimeneas y espacios interiores pensados para combinar elegancia y confort. En el exterior se extienden 2.300 metros cuadrados de jardines, con árboles mediterráneos, piscina circular y casa de huéspedes independiente.

Aunque ha intentado venderla en varias ocasiones, la propiedad sigue vinculada a su patrimonio inmobiliario.

El porche principal, con columnas y estructura abierta, permite disfrutar del jardín con vistas al mar y facilita el paso natural entre interior y exterior. La terraza en la azotea ofrece panorámicas de la isla, la costa y el bosque que circunda la finca.

Entre los jardines se sitúa una casa de invitados independiente, ideal para quienes buscan privacidad en sus estancias. La piscina circular, en el corazón del jardín, refuerza el carácter señorial y relajante de la finca frente al mar.

Recreación de la mansión de Tita.

Los exteriores están recogidos y bien vallados, lo que garantiza discreción sin renunciar a una conexión visual con el entorno costero. Además, cabe destacar que Tita Cervera adquirió la mansión junto a su esposo en 1990, con la intención de convertirla en residencia balear, aunque nunca la ocupó permanentemente.

En varias ocasiones ha puesto la propiedad en venta, la última por 5,5 millones de euros, aunque en 2024 redujo el precio a 4,95 millones. En la actualidad, estarían interesadas en arrendar esta villa de Mallorca dos familias extranjeras. El costo del alquiler en esta área se aproxima a los 8.000 euros al mes.

Recreación del interior de la casa.

La finca está ubicada cerca del Castillo de Bellver, en un barrio con historia bohemia y gran demanda en el mercado residencial de lujo. Por su antigüedad y su ubicación, combina características históricas con oportunidades de reforma y customización conforme a las exigencias modernas.

Los expertos inmobiliarios resaltan que esta casa es un ejemplo de inversión arquitectónica: su rehabilitación y conservación son factores clave para determinar su valor real en el mercado actual. Las dimensiones, el jardín y las vistas frente al mar la convierten en un bien codiciado dentro del segmento de lujo mallorquín.

Recreación de una de las habitaciones.

Pese a su estatus mediático, Tita ha preferido mantener un perfil discreto respecto a su patrimonio. La mansión mallorquina ha sido gestionada más como un activo que como residencia habitual. Algunos medios apuntan que los altos costes de mantenimiento y los planes de no residir constantemente han sido motivos para su venta.

A sus 82 años, su legado inmobiliario se entrelaza con sus actividades en el mundo del arte y la filantropía. La villa en Mallorca representa una pieza esencial de ese conjunto patrimonial, que aspira a perdurar como símbolo de elegancia, historia y cultural.

En la actualidad, la propiedad se mantiene en perfecto estado de conservación gracias a un equipo de mantenimiento que cuida tanto la arquitectura original como los jardines mediterráneos que rodean la finca.

Además, el inmueble se ha convertido en un emblema del lujo residencial en la capital balear, donde conviven empresarios, artistas y figuras del ámbito internacional. Su privilegiada ubicación, cerca del paseo marítimo y del centro histórico de Palma, ofrece lo mejor de dos mundos: la tranquilidad de una finca privada y el acceso inmediato a la vida cultural y social de Mallorca.