Desde los aplausos en las pistas hasta los titulares que lo consagran como número uno, Carlos Alcaraz ha acumulado riquezas, trofeos y reconocimientos. Pero tras el brillo y el poderío de su carrera deportiva, existe un refugio humilde, donde cada detalle está pensado para aportarle calma.
Esa es su casa prefabricada de 90 metros cuadrados, ubicada en la Academia Equelite de Juan Carlos Ferrero, en Villena, Alicante. En consecuencia, a pesar de su éxito y las cifras millonarias que se manejan en premios, como los 5 millones de euros del US Open 2025, Alcaraz prefiere la sencillez de un espacio funcional, sin lujos ostentosos.
Sin embargo, este lugar posee todos los servicios necesarios para entrenar, recuperarse y encontrar paz. Esta vivienda combina lo práctico con lo emocional: es una casa de madera, con jardín, porche y equipamiento cómodo.
Casa prefabricada de Carlos Alcaraz.
La casa tiene salón, cocina, baño y habitación de invitados. El tenista encuentra allí el descanso real en tanto que puede desconectar del ruido mediático, del calendario exigente y recargar energías. "Pasar tiempo aquí me hace feliz", ha dicho sobre lo que significa este hogar para él.
La elección de una vivienda prefabricada no responde solo a la practicidad, sino a la filosofía de vida de Alcaraz. En este tipo de casas se prioriza eficiencia, velocidad de construcción, buen aislamiento y menor impacto ambiental, sin renunciar al confort.
La casa prefabricada de Carlos Alcaraz.
Ubicada en la propia academia de alto rendimiento de Villena, su casa permite a Alcaraz integrarse al 100% en su rutina: entrenamientos, descansos y recuperación suceden sin desplazamientos largos. Es un entorno que une trabajo y bienestar.
Además, ese hogar prefabricado tiene historia: fue utilizado en su momento por Juan Carlos Ferrero, exentrenador y mentor, y otros jugadores profesionales. No es solo una vivienda, sino parte de una tradición de esfuerzo dentro del tenis español.
La casa de Alcaraz.
Resulta llamativo que quien conquista millones en premios, como los de US Open, adopte un estilo de vida que muchos considerarían modesto para alguien de su posición. Pero es precisamente ese contraste el que habla de su carácter: prioriza lo esencial, mantener un foco claro, sin distracciones ostentosas.
Mientras otros podrían optar por viviendas lujosas, residencias en ciudades costeras o mansiones extravagantes, Alcaraz demuestra que la grandeza no se mide por los metros cuadrados ni por los adornos, sino por la capacidad de encontrar felicidad en lo sencillo.
Piscina de Carlos Alcaraz.
Sus palabras lo dejan claro: más que la fama o el dinero, lo que realmente importa es recuperar fuerzas, dormir bien, sentirse en paz. Esa casa prefabricada le da eso: un lugar donde decir "aquí estoy" sin necesidad de más.
Carlos Alcaraz, con premios millonarios, trofeos del Grand Slam y reconocimiento global, elige vivir en una casa prefabricada de 90 metros cuadrados que combina simplicidad, funcionalidad y cercanía.
Ese espacio sencillo pero con alma, le permite desconectarse del mundo, recuperarse del esfuerzo, y encontrar en lo cotidiano una fuente de felicidad. Porque al fin, lo que importa no es cuánto se tiene, sino cómo se vive.
El caso de Carlos Alcaraz no es aislado. En España, las casas prefabricadas han ganado popularidad por su menor coste, rapidez de montaje y sostenibilidad. Según datos de Arquitectura y Diseño, cada vez más familias optan por este tipo de viviendas como alternativa a las construcciones tradicionales, especialmente en zonas rurales o periurbanas.
Alcaraz demuestra que, pese a la presión de los focos, se mantiene fiel a una filosofía de vida sencilla. Su hogar de 90 metros cuadrados es un reflejo de su personalidad y con un fuerte componente emocional. Una elección que inspira a quienes buscan equilibrio entre éxito y bienestar personal.
