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Colgar las cortinas demasiado bajo es uno de los errores más comunes en decoración. Arteo Home advierte que esta práctica puede reducir notablemente la percepción de altura en una estancia, haciendo que una habitación parezca más pequeña. Un detalle que, sin obras, cambia todo.

Arquitectura y Diseño coincide en que la altura del techo es clave. El medio especializado señala que la barra debe situarse tan cerca del techo como sea posible para realzar la verticalidad y multiplicar la sensación de especialidad .

Además, elegir la longitud correcta es esencial. Una cortina que llega al suelo —o incluso arrastra ligeramente— añade elegancia y cohesión visual. Arteo Home recomienda un arrastre de entre 5 y 15 cm para un acabado refinado.

Cortinas en una estancia.

Colocar la barra muy cerca del techo potencia el techo visualmente. Arteo Home defiende que esta estrategia encarece una habitación sin obra. “Cuanto más cerca del techo, más alta parecerá la habitación”, explican desde su blog.

Arquitectura y Diseño lo explica con claridad: no pongas la barra baja. El medio señala que este pequeño ajuste impacta en la percepción y la elegancia del espacio. Un truco sencillo con grandes efectos.

Así, un salón o dormitorio puede transformarse con solo unos centímetros extra. Como destacan los expertos, este cambio es más visible que un cuadro decorativo. Una decisión estética con impacto real en la amplitud visual.

¿Y el largo ideal? La longitud perfecta es clave para un acabado profesional. Según Arteo Home, lo ideal es que las cortinas lleguen al suelo con un poco de arrastre (5–15 cm). Así se disimulan desniveles, se gana sofisticación y se evita una sensación de cortina corta.

Las cortinas de un dormitorio.

Arquitectura y Diseño apoya la recomendación: no cortar por lo bajo. Una cortina corta crea sensación de descuido. Por el contrario, una cortina larga y bien medida añade continuidad, elegancia y sensación de mayor tamaño .

No importa que no arrastre sino toque el suelo. Lo esencial es no dejarla corta. Solo con este mínimo ajuste, el espacio gana presencia, coherencia estética y confort visual, según señalan los expertos.

La anchura de la barra marca la luminosidad. Arquitectura y Diseño también aconseja extender la barra unos 15–20 cm a cada lado para que las cortinas no cubran el cristal cuando estén recogidas .

Este pequeño gesto deja libre la ventana completa. Al no tapar parte del cristal, se maximiza la entrada de luz y se genera una sensación de amplitud. La estancia parece más luminosa y los textiles adquieren protagonismo.

Un efecto sencillo y visualmente potente. Solo con que la cortina se recoja fuera del hueco de luz, se transforman las sensaciones del ambiente y se potencia la amplitud: luz natural y amplitud visual en uno.

Arteo Home recomienda ollados o riel moderno. Este tipo de confección permite una caída uniforme y elegante, además de un uso cómodo. El resultado visual: cortinas con movimiento fluido.

Unas cortinas correderas.

En ambientes rústicos, los pasabarra pueden funcionar. Pero la sujeción y el acabado influyen en el aspecto final. Los expertos recomiendan adaptar el tipo de barra y tela al estilo decorativo, menaje y sensación deseada.

La calidad de la tela también influye en la impresión visual del espacio. Una tela con cuerpo y ligeramente generosa aporta riqueza visual, flujo agradable y mayor sensación de calidez, en consonancia con los frescos consejos anteriores.

En resumen, colgar bien las cortinas puede agrandar tus espacios sin obra ni inversión extra. Basta con elevar la barra, alargarla lateralmente y ajustar la longitud. Una estrategia con gran efecto visual.

Arteo Home y Arquitectura y Diseño coinciden en un hecho: el error está en los detalles. Elevar unos centímetros la barra, dejar suficiente tela al suelo y ampliar la barra son claves para que una habitación parezca más amplia y elegante.

Mujer corriendo unas cortinas.

Así que la próxima vez que renueves tus cortinas, sube, alarga y viste con gracia. Tu hogar lucirá más alto, luminoso y espacioso — y todo gracias a una pequeña corrección que “marca la diferencia”.