Nuria Roca (52) no solo brilla en televisión, también lo hace en su hogar. La presentadora, escritora y colaboradora televisiva ha mostrado recientemente uno de los rincones más especiales de su casa familiar: el porche y el jardín. Un espacio cuidado al milímetro que se ha convertido en su refugio particular.
Situada en una zona tranquila a las afueras de Madrid, la casa de Nuria Roca combina comodidad, estética y naturaleza. Sin grandes estridencias, su hogar transmite el equilibrio entre vida profesional y personal, con un diseño que invita a la desconexión. Y es precisamente en su porche donde ha logrado el ambiente más íntimo y reconfortante.
Entre plantas, muebles de fibras naturales y mucha luz, Nuria ha creado un espacio que “cuida como si fuera parte de ella”. Con esas palabras lo describe en redes sociales, dejando claro el vínculo emocional que tiene con este rincón verde, tan estético como funcional.
El porche de Nuria Roca es una prolongación natural del salón. Abierto al jardín, cuenta con sofás cómodos, cojines de lino, alfombras de exterior y una mesa de centro que invita a largas charlas o lecturas al atardecer. La presentadora lo ha definido como “su lugar favorito de la casa”.
La vegetación es protagonista absoluta. Desde plantas en grandes maceteros de barro hasta jazmines, lavandas y buganvillas que trepan por las columnas del porche. Todo está pensado para crear un ambiente relajado y natural, donde la armonía visual es clave.
La iluminación también tiene su importancia. Nuria ha apostado por guirnaldas de luz cálida, faroles y apliques de estilo rústico. Por la noche, el espacio se transforma en un escenario íntimo, ideal para cenas al aire libre o momentos de lectura bajo una manta.
Los muebles del porche siguen una línea mediterránea y desenfadada. Sofás de ratán, mesas auxiliares de madera sin tratar, sillas Acapulco y textiles en tonos neutros crean un conjunto armónico, muy en la línea de las casas de Formentera o Ibiza, que tanto gustan a la presentadora.
El toque personal lo ponen los detalles. Nuria ha añadido piezas decorativas con historia: cerámicas artesanales, jarrones de vidrio reciclado, libros, candelabros y cuadros pequeños. Todo ello contribuye a hacer de este rincón un espacio cálido, vivido y con alma.
En redes sociales, muchos seguidores han elogiado el gusto de Nuria Roca, que ha conseguido un jardín y un porche que “invitan a quedarse a vivir”. Su estilo fresco, funcional y con conciencia ecológica se ha convertido en una inspiración para quienes sueñan con tener un espacio así en casa.
El jardín está completamente integrado en la vida cotidiana de Nuria y su familia. Los desayunos al aire libre, las siestas en la hamaca o los juegos de sus perros entre las plantas forman parte de su día a día. “Aquí desconecto de todo”, ha declarado.
Lejos del artificio, el jardín de Nuria Roca apuesta por la sencillez bien pensada. Césped natural, caminos de grava, plantas autóctonas y una zona de huerto urbano completan el conjunto. Todo invita al descanso, al cuidado y al contacto directo con la tierra.
“Este rincón lo cuido como si fuera parte de mí”, ha dicho Nuria. Y no es una frase hecha: su porche y su jardín son una extensión de su personalidad—auténtica, luminosa y profundamente conectada con lo natural.
Nuria Roca cambia algunos elementos del porche según la época del año. En primavera y verano predominan los textiles ligeros, los estampados florales y los colores vivos. En otoño e invierno, las mantas de lana, las velas y los cojines más cálidos toman el relevo.
Esta versatilidad hace que el espacio nunca se vuelva monótono. Gracias a su gusto por la decoración, Nuria consigue renovar el ambiente con pequeños cambios, sin perder la esencia acogedora que caracteriza a este rincón de su hogar.
El porche también se adapta a diferentes planes. Puede convertirse en zona de lectura, en espacio para trabajar con el portátil, en comedor improvisado o incluso en un rincón zen para practicar meditación o yoga.
Nuria Roca siempre ha transmitido un estilo de vida equilibrado, saludable y con los pies en la tierra. Su jardín y su porche no solo son bellos estéticamente, también representan ese modo de vivir: natural, conectado y pausado.
En un mundo cada vez más acelerado, este tipo de espacios ganan valor. Nos recuerdan la importancia de parar, de respirar aire puro, de disfrutar de las pequeñas cosas. Y Nuria lo tiene claro: su porche es su lugar para reconectar.
