En 2019, el diagnóstico de cáncer de ovario cambió su vida. Sara Carbonero recuerda que aquel día fue “el primer día de mi vida que me enfrenté a la muerte” en palabras recogidas por Infobae. Desde entonces ha aprendido a convivir con la incertidumbre oncológica.
Hoy, a sus 41 años, vive una “carrera de fondo”. En enero confesó que 2024 fue “el peor año de mi vida”, pero añadió que abrazar la incertidumbre le ha permitido valorar lo esencial.
Su prioridad ya no es Iker, sino sus hijos y su bienestar. Tras su separación en 2021, Sara se refugia en una nueva estabilidad personal y en su relación con José Luis Cabrera, priorizando ahora su salud, familia y vida emocional.
Una lucha con dimensión espiritual. Sara confiesa que perdió la fe tras el diagnóstico, pero la ha recuperado: “creo en la energía, en lo espiritual”, dijo a El País. Su enfoque incluye cuidado emocional y conexión íntima con sus raíces.
Bienestar a través de hábitos saludables. Gracias a su experiencia, ha adoptado una dieta antiinflamatoria, eliminando azúcar, gluten y ultraprocesados. “Somos lo que comemos”, comenta, y prepara jugos verdes para toda la familia, un símbolo de su nueva filosofía.
Equilibrio emocional y poca exposición. Para proteger su salud mental, sigue el consejo de su psicóloga: no buscarse en Internet. “Si no, me volvería tarumba”, confiesa a Elpais.com. Ha reducido su presencia pública para recuperar la normalidad.
Hijos como motor vital. Sara reconoce que lo más duro fue pensar en sus hijos. “Lo que me mata de dolor es pensar en ellos y en lo que me necesitan”, confiesa. Sus pequeños, Martín y Lucas, son su mayor anclaje emocional.
Reinicio laboral pausado. Aunque ha vuelto con proyectos puntuales como colaboraciones en TV, Sara prefiere trabajar con calma. Cree en un retorno pausado, adaptado a su ritmo vital y compatible con su etapa personal.
Renovación sentimental. Desde 2025 mantiene una relación con José Luis Cabrera ('Jota'), empresario canario. Juntos han vivido su primer verano, un paso más hacia una nueva vida en la que el amor se funde con lo personal
Resiliencia y reflexión pública. En 2024 dijo que afrontaba “una carrera de fondo” y que había aprendido a “abrazar la incertidumbre”. También subrayó que vivir cada buen día es disfrutar el doble cuando has visto el lado más oscuro.
Carácter de ejemplo. Sara ha expresado que su lucha ha inspirado a sus amigas a “vivir a tope”. Su discurso público trata de normalizar el cáncer, reivindicar la investigación y promover la salud mental.
Su divorcio de Iker Casillas, seguido de un nuevo amor y una actitud saludable, reflejan su evolución en los últimos años: de presentadora ligada a un ícono deportivo, a figura independiente, familiar y resiliente.
Sara ha encontrado en lo cotidiano una nueva fuente de equilibrio. Paseos por el campo, tiempo sin pantallas y momentos de lectura se han convertido en sus rutinas preferidas. "He aprendido a estar conmigo misma sin ruido, y eso es un lujo", confesó recientemente en una entrevista.
La moda y la escritura, sus dos refugios creativos. Además de su trabajo en medios, Carbonero continúa vinculada al mundo de la moda a través de su marca Slow Love y mantiene viva su faceta de escritora. Publica reflexiones y textos breves en redes, donde conecta con una comunidad que valora su autenticidad y sensibilidad.
Sara Carbonero atraviesa en 2025 una etapa de sanación y renovación. Tras enfrentarse al cáncer y cerrar la etapa con Iker, ahora construye un nuevo camino: centrado en sus hijos, bienestar emocional y un estilo de vida más pausado y saludable. Una historia de fortaleza y transformación.