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Muchos trabajadores llegan al final del día completamente agotados. Sin embargo, ese cansancio no siempre proviene del ritmo laboral ni de las obligaciones cotidianas. En muchos casos, la fatiga nace de factores emocionales que pasan desapercibidos.

La experta en desarrollo personal Mel Robbins sostiene que el verdadero desgaste no proviene del trabajo, sino de "la energía que regalamos a los demás". Una idea que ha compartido en su cuenta de Instagram (@melrobbins), donde reflexiona sobre el estrés moderno.

Robbins afirma que muchas personas pierden energía en expectativas irreales, comportamientos ajenos y la necesidad constante de satisfacer a todo el mundo. Esto provoca una sensación continua de saturación emocional y mental.

El cansancio que tantos sienten al final de la jornada tiene menos que ver con las tareas realizadas y más con la carga que supone prestar atención al juicio, las emociones o las reacciones de los demás. Esa dependencia emocional agota más que cualquier tarea física.

La experta explica que, sin darnos cuenta, otorgamos a otros un poder que no deberían tener. Cedemos espacio mental a conflictos, dramas o actitudes que solo desgastan. Esa entrega sostenida termina por acumular un agotamiento que muchos confunden con estrés laboral.

El impacto del desgaste emocional

Robbins recuerda que, en teoría, las personas deberían ser fuente de bienestar, conexión e inspiración. Sin embargo, cuando la relación se vuelve desequilibrada, quienes nos rodean pueden convertirse en un foco continuo de malestar.

Por eso insiste en la importancia de recuperar el poder sobre la propia energía. Aconseja filtrar mejor a quién dedicamos tiempo y atención, y reservar espacio emocional para aquello que realmente importa.

La autora advierte de que todos hemos permitido comportamientos que consumen energía sin aportar nada positivo. Para ella, el primer paso para reducir el agotamiento es reconocer cuándo uno está asumiendo cargas que no le corresponden.

Aunque a veces parezca imposible controlar lo que ocurre, Robbins recomienda pausar, observar y tener una conversación honesta con uno mismo. Liberarse del estrés empieza por identificar lo que se está entregando a otros sin recibir nada a cambio.

La teoría del "Let Them"

En ese contexto nace su conocida teoría "Let Them" (Déjalos), popularizada en 2024 y convertida en una referencia para miles de personas en redes sociales. Su propuesta es simple: dejar que los demás actúen como quieran, sin intentar cambiarlos.

Robbins defiende que tratar de controlar el comportamiento ajeno solo genera frustración. El esfuerzo por moldear a los demás —parejas, amigos, compañeros de trabajo o familiares— provoca una tensión permanente que acaba drenando la energía.

La teoría apuesta por desplazar el foco del control externo al interno. En lugar de intentar dirigir el mundo, la idea es centrarse en la propia reacción, en el propio equilibrio y en la gestión personal de las emociones.

Este planteamiento conecta con los principios budistas del desapego, que promueven dejar ir la necesidad de controlar los resultados para encontrar paz interior. También se relaciona con las teorías del apego en psicología, especialmente en personas con apego ansioso.

La popularidad del "Let Them" no es casual. Robbins sostiene que vivimos en una época marcada por la incertidumbre global, las crisis constantes y una sensación colectiva de falta de control. En este escenario, su enfoque ofrece una vía clara para recuperar estabilidad emocional.

El "Let Them" propone un cambio de perspectiva: dejar de resistir la realidad y empezar a observarla sin intentar modificarla. Esa transición reduce el conflicto interno y facilita un estado de calma más profundo.

En el ámbito clínico, este enfoque se relaciona con la "aceptación radical", una técnica habitual en terapias psicológicas de tercera generación. Estas estrategias han demostrado eficacia para disminuir la ansiedad y mejorar la tolerancia al malestar emocional.

Beneficios psicológicos del "Let Them"

Aplicar este enfoque en el día a día puede generar cambios significativos. Uno de los principales beneficios es la reducción del estrés. Al soltar la necesidad de controlar lo que está fuera de nuestro alcance, disminuye la ansiedad asociada a la incertidumbre.

En las relaciones personales, también provoca mejoras visibles. Permitir que el otro sea como es disminuye la actitud defensiva, fomenta el respeto mutuo y evita dinámicas tóxicas basadas en la exigencia o en el intento de "corregir" al otro.

Las personas suelen sentirse más valoradas cuando perciben que se confía en ellas. La libertad para tomar decisiones sin presión refuerza el vínculo y crea relaciones más equilibradas y sanas.

Además, abandonar la necesidad de controlar no implica aceptar todo pasivamente. Se trata de poner límites sin invadir la autonomía ajena. Robbins insiste en que se puede cuidar sin absorber el peso emocional de lo que otros hacen o dejan de hacer.

Recuperar la energía perdida

Muchos descubren que, tras aplicar el "Let Them", el nivel de fatiga disminuye notablemente. Esto se debe a que el cuerpo y la mente dejan de luchar contra circunstancias que nunca estuvieron bajo control. El resultado es una sensación de alivio inmediato.

Aceptar que cada uno es responsable de sus propios actos permite liberar espacio mental y emocional. Ese espacio, antes lleno de preocupación y tensión, se convierte en un lugar para el descanso, la claridad y la energía renovada.

Robbins concluye que, cuando uno deja de regalar su energía, empieza a recuperarse a sí mismo. Y solo entonces el cansancio deja de ser una carga permanente y se convierte en un recordatorio de que es posible vivir con más ligereza y equilibrio.