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Australia lleva años siendo el destino predilecto de los jóvenes para vivir, trabajar e, incluso, estudiar. Según los últimos datos publicados, entre junio de 2022 y el mismo mes de 2023, unos 3.045 españoles llegaron a Australia con la visa Work and Holiday, lo que supone un incremento del 138,7%.

Las cifras no han hecho más que aumentar, según Fran Capitan, CEO de Un salto a Australia, el 90% de visados que esta empresa gestionó en 2024 fueron para jóvenes de nuestro país. Los motivos de esta migración son varios; sin embargo, el principal es la oportunidad laboral en áreas de "baja cualificación" a cambio de salarios muy por encima de la media española.

Además, en Australia hay temporadas donde este dinero puede triplicarse y una de ellas es la de grano, que generalmente ocurre entre octubre y enero. Precisamente esta temporalidad es la que hace que muchos españoles apuesten por ello, como Nerea, una joven que comparte en sus redes sociales su experiencia en el empleo y, sobre todo, los beneficios económicos que supone.

La experiencia de Nerea en Australia

Tras terminar la carrera de Medicina, Nerea decidió dar un giro a su vida y poner rumbo a Australia con un objetivo claro: trabajar y ahorrar. En ese camino ha encadenado oficios de lo más diversos: ha sido obrera, granjera, camarera y ahora forma parte de la temporada del grano.

Es en esta última donde la española ha reconocido tener la nómina más grande desde que emprendió su viaje. Y, según cuenta en su vídeo más reciente de sus redes sociales, en solo dos semanas de trabajo ha ganado 3.794 dólares australianos, unos 2.140 euros al cambio.

Nerea trabaja para GreenCorp, una de las empresas más grandes del sector agrícola en Australia. Su puesto es el de Grain Handler: la persona que ayuda a los camiones cargados de grano a maniobrar, supervisa las descargas y mantiene limpias las instalaciones.

Según explica en su vídeo de YouTube, es un trabajo que requiere atención, resistencia física y mucha tolerancia al calor y al polvo. Aun así, el esfuerzo no solo se ve recompensado en la nómina: en su caso, la propia empresa también le proporciona alojamiento gratuito.

Sus tareas comienzan cuando un camión se aproxima a la plataforma. Nerea guía al conductor para que la puerta de descarga quede justo en el borde, enciende la maquinaria, revisa que todo esté en orden y supervisa el descenso del grano.

Lo que parecen apenas unos minutos de actividad constante puede convertirse en un trabajo repetitivo, pero exigente, sobre todo cuando la cola de camiones no se detiene.

Cuando la jornada afloja y no hay camiones esperando, el equipo se dedica a limpiar graneros, mover lonas o palear montones de grano acumulados. "El 50% del tiempo estamos sentados sin hacer nada, pero el otro 50% podemos estar una hora entera paleando a 37 grados, bajo el sol y tragando polvo", cuenta.

El sueldo es, sin duda, uno de los grandes atractivos del trabajo. Nerea y sus compañeros cobran 36 dólares australianos brutos por hora —unos 20 euros— en las horas ordinarias, por encima del mínimo para un contrato casual, fijado en 31. Además, las primeras horas extra y los sábados se pagan a 1,75 del salario base, lo que asciende a 51 dólares por hora.

En su último vídeo de TikTok, Nerea compartió su segunda nómina: 93 horas en dos semanas por las que recibió 4.465 dólares brutos. El importe neto se quedó en 3.794 dólares, unos 2.140 euros al cambio. "Ha sido la más gorda de toda mi vida", confiesa.

Sin embargo, no todo es tan atractivo como parece. La temporada del grano en Australia es muy inestable, según explica la española, "nunca te garantizan horas, te pueden decir de un día para otro que no hay trabajo o puedes estar 8 días sin cobrar por lluvias".

Cómo conseguir empleo en Australia

Su camino hasta este empleo comenzó mucho antes, con la solicitud del visado Work and Holiday 462. Para obtenerlo, es necesario tener entre 18 y 30 años, disponer de dos años de estudios superiores completos y acreditar un nivel de inglés a través de un examen oficial.

No obstante, también se requieren unos fondos suficientes para mantenerse al llegar al país. Nerea estima unos 3.000 euros. En su caso, al haber estado en Rumanía, le exigieron un reconocimiento médico adicional que incluía analítica de sangre, examen físico y una placa de tórax, porque Australia aplica controles estrictos sobre la tuberculosis.

Sumando las tasas del visado, la prueba de inglés y el examen médico, gastó alrededor de 1.000 euros. Si se añade el vuelo y las primeras semanas sin trabajar, calcula que la inversión inicial osciló entre 2.000 y 3.000 euros.

Una vez establecida se puede iniciar la búsqueda de empleo. Nerea se postuló a través de la página oficial de GreenCorp y en su caso, pasaron entre cinco y seis semanas sin respuesta, mientras que a sus amigos les habían contestado en apenas diez días.

Lejos de rendirse, decidió ser "muy pesada", según sus palabras. Investigó los correos de distintos managers, les escribió personalmente y enfatizó que contaba con "transporte propio y alojamiento propio", uno de los requisitos más valorados. Una semana después, tenía la oferta.