Se trata de una de las profesionales del periodismo más reconocidas de España. Voz femenina emblemática de la radio y rostro que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida en televisión.
Isabel Gemio, volvía a ser noticia hace unos días por la presentación de su nuevo programa radiofónico, El último tren, el magazine nocturno de Radio Nacional.
Esta vuelta al primer plano profesional ha reabierto también una conversación sobre los obstáculos que enfrentó en su trayectoria, los años que permaneció alejada de los focos y el elevado precio que pagó por mantener su criterio y autenticidad.
La periodista, que estuvo siete años sin trabajar en los medios, durante una reciente entrevista, se ha sincerado sobre los altibajos de su carrera en una entrevista con la revista Diez Minutos.
Según ella mima relata, se trata de uno de los periodos más dolorosos de su vida profesional: "He pagado un precio por ser libre y tener criterio. Cuando le dices 'no' a un jefe, lo más probable es que resultes incómoda y acabes pagando las consecuencias, por muy buenos resultados que des".
Siete años sin trabajar
Gemio insiste en la dificultad de hacerse un nombre como mujer en el mundo laboral: "Te ven como una chica joven y atrevida, pero en realidad eres mucho más tímida e insegura de lo que la gente imagina".
"Lo que me pasó factura es ser libre y preguntar lo que yo quería. Y digo que me ha pasado factura porque, si no, no creo que nadie esté siete años sin trabajar después de los resultados que yo he dado", asegura Gemio.
Sus siete años de silencio mediático no se debieron a una falta de talento ni de audiencia, sino a la repercusión de su independencia personal y profesional, tras el "no" a sus superiores.
El regreso de Gemio a la radio, en el mismo medio donde se formó como periodista, es para ella una segunda oportunidad que recibe con agradecimiento.
La periodista posa en los estudios de Radio Nacional de España.
"Sentí que mi carrera se había terminado, pero la vida me ha dado otra oportunidad. He estado en primera línea y he tenido mucho éxito, no puedo pedir más. He cogido todos los trenes que he querido y he sido libre", afirma.
Inicios difíciles
Gemio no olvida sus comienzos en la radio, con sueldos bajos, jornadas interminables y una lucha constante para conseguir música y contenidos:
"Comía bocadillos, tenía gastritis y tenía que hacerlo todo yo. Pero incluso en momentos duros, mantuve mi independencia y mi autenticidad, porque creo que es lo único que nadie te puede quitar".
En su programa actual, los protagonistas son los oyentes anónimos, un acierto para Gemio que, tras trabajar con celebridades, prefiere dar voz a personas reales y auténticas:
"Sigo creyendo en el ser humano como especie, aunque a veces merecemos la extinción. La radio es una compañía increíble para la soledad de la noche".
Madre trabajadora
En su faceta personal, Gemio reconoce que trabajar y ser madre no es sencillo: "Para las mujeres trabajadoras no es fácil educar y estar en los dos sitios a la vez".
Fue una de las primeras celebridades en dar visibilidad a las enfermedades raras, especialmente por el compromiso hacia su hijo y la labor que realiza con la Fundación Isabel Gemio.
Isabel Gemio resume su historia con una filosofía inspiradora: "Al final, te arrepientes más de lo que no has hecho que de lo que has hecho. Me han vencido, pero no me han destruido, como decía Hemingway. La esencia es tener criterio, pero también saber encontrar el equilibrio".
