El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los mayores retos sociales y económicos de España. Según los últimos estudios, los españoles destinan una media de un 43% de sus ingresos a pagar el alquiler, muy por encima del 30% que los expertos consideran asumible.
Para los jóvenes, la situación es aún más extrema: una persona menor de 35 años necesitaría emplear el 108% de su sueldo para poder vivir sola, si solo hablásemos de alquiler. Con la compra, hacerse con una vivienda requeriría, hoy día, el equivalente a seis salarios brutos anuales medios.
Más allá de los números, estas condiciones dibujan un panorama social en el que el acceso a la vivienda se ha transformado en un sector de desigualdad: quienes pueden, "acaparan la vivienda" y quienes no, les pagan. Según la sindicalista y experta en economía Afra Blanco, esto tiene una solución: freír a impuestos a los primeros.
El problema de la vivienda en España
La sindicalista y experta en economía, Afra Blanco, fue una de las participantes del debate en La Sexta Xplica. Tras escuchar el testimonio de Yolanda Alba, una mujer a la que su hipoteca le jugó una mala pasada, lanzó una propuesta que, como ella misma reconoció, resulta "incómoda y polémica".
"Si creemos que no hay viviendas suficientes, friamos a impuestos a los que están acaparando la vivienda. Friamos a impuestos a los que están comprando viviendas para invertir y para especular", defendió la Blanco.
De acuerdo con la experta, si existe escasez de vivienda disponible para la población que necesita un hogar, resulta incoherente que haya personas o fondos adquiriendo múltiples inmuebles para sacarles rentabilidad.
En su intervención, Blanco fue contundente al diferenciar entre quién compra una vivienda para vivir y quién lo hace para enriquecerse. Estos últimos son a los que habría "que freír a impuestos", afirma.
Estas operaciones de inversión, lejos de beneficiar a la ciudadanía, elevan los picos y limitan la oferta para quienes buscan una casa donde residir. Algo que, según la experta, convierte el derecho a un techo en un "privilegio reservado" a quienes pueden pagar precios desorbitados.
Además de lo obvio, como alquilar o compartir la vivienda en lugar de comprarla, obliga a miles de familias a pluriemplearse para costear algo tan básico como un alquiler o una hipoteca.
Imagen de ilustración.
La sindicalista no solo puso el tema sobre la mesa, sino que también lanzó una propuesta incluyendo un trato fiscal diferenciado según el uso de la vivienda.
Para aquellos que adquieren una primera residencia, Blanco plantea la eliminación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, lo que aliviaría la carga económica de quienes acceden por primera vez a una casa.
Sin embargo, para aquellas personas que tienen segundas viviendas con fines especulativos o turísticos, la sindicalista reclamó un endurecimiento.
A su juicio, no tiene sentido que se destinen inmuebles a actividades como el alquiler vacacional si al mismo tiempo los trabajadores tienen enormes dificultades para encontrar un hogar asequible.
En su opinión, acumular viviendas para esperar a que su precio suba o para explotarlas en mercados más rentables no aporta valor real a la sociedad, sino que agrava el problema. "Los especuladores no son empresarios", recalca.
