Penélope Cruz y Javier Bardem forman una de las parejas más icónicas y consolidadas de Hollywood. Su conexión quedó patente desde aquel primer rodaje juntos en Jamón, Jamón, y lo que empezó como química ante las cámaras se transformó en lo que hoy es uno de los matrimonios más estables y queridos del cine español e internacional. Tras dieciocho años de relación, siguen juntos, felices y más unidos que nunca.
Una pareja que, desde sus inicios, ha acaparado titulares y portadas en todo el mundo. Sin embargo, tanto Penélope Cruz como Javier Bardem han preferido mantener su intimidad siempre al margen, apostando por una vida discreta lejos del foco mediático. Pese a ello, cada vez que aparecen juntos en público, su conexión traspasa los flashes.
En contadas entrevistas han compartido además algún que otro detalle de su relación, como cuando Bardem confesó que siempre se sintió atraído por la que hoy es su mujer, aunque no se atrevió a dar el paso hasta el final del rodaje de Vicky Cristina Barcelona. Fue entonces cuando, algo nervioso, se acercó a Penélope y le soltó un sencillo : "Por cierto, me gustas". Una confesión a la que la actriz respondió con total naturalidad: "Ya era hora".
Fruto de esta bonita historia de amor nacieron sus dos hijos: Leo en 2011 y Luna en 2013. Dos hijos a los que la pareja de actores siempre ha reiterado en múltiples ocasiones su deseo de mantenerlos alejados del foco mediático.
El nacimiento de ambos, como ya ha confesado en varias ocasiones la actriz, supuso un antes y un después en sus vidas. Un amor incondicional que también se refleja en la elección de nombres de sus hijos.
Penélope Cruz y Javier Bardem en Vicky Cristina Barcelona.
Y es que, mientras Leo evoca al sol y la energía, Luna representa al segundo astro y encarna lo oculto y lo emocional. Dos nombres que reflejan a esos dos grandes astros que dominan el cielo, opuestos pero complementarios.
En el caso de Luna, su nombre también representa la feminidad, la intuición y el misterio. Un nombre de origen latino y que era también el nombre de la diosa romana de la Luna, equivalente a Selene en la mitología griega.
Un nombre, al igual que el de su hermano, cargado de simbolismo y que en múltiples culturas ha representado la feminidad y lo maternal, la intuición y la transformación, la luz en la oscuridad y el misterio o la sensibilidad.
Esta elección de nombre no ha dejado de ganar popularidad en España en las últimas décadas y especialmente desde los años 2000. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), es un nombre cada vez más habitual entre las nuevas generaciones y hay más de 11.000 mujeres que se llaman así en nuestro país.
En cuanto a la numerología, este se asocia al número 3 muy vinculado a las personas creativas, emocionales, con sensibilidad artística y buenas comunicadoras.
