Miriam Doblas, conocida en el mundo artístico como Lola Índigo, ha dado un paso que nadie esperaba. Tras su última aparición en el Coca-Cola Music Experiencia de Madrid, donde reunió a miles de fans gracias a su gran espectáculo de luces, coreografías y talento genuino.
Sin embargo, la cantante sorprendía a todos con un anuncio que no dejó a nadie indiferente: se retira de los escenarios temporalmente debido a sus problemas de salud mental.
La artista granadina ha llegado a esta difícil decisión tras un año especialmente complicado en el que ha tenido que lidiar con una fuerte presión mediática, las exigencias de la industria y una agenda profesional sin apenas pausas.
"Llevo siete años trabajando sin parar y estoy agotada mentalmente. Necesito un descanso", confesó con voz entrecortada ante un público entregado que la despidió con una gran ovación.
Su valentía al hablar abiertamente de salud mental rompe un tabú y manda un mensaje poderoso: pedir ayuda, parar o priorizarse no es rendirse, es cuidarse.
Un año difícil
En su discurso, Lola Índigo fue clara: este no es un adiós, sino un parón necesario para recuperar fuerzas y poder dar lo mejor de sí misma.
"Ha sido un año chungo de cojones, pero al final siempre todo se soluciona. Esto es el sueño de mi vida, y para estar aquí, como Dios manda, necesito un break", aseguró.
Detrás de esta decisión se esconden varios episodios difíciles. Uno de los más duros fue la cancelación de los conciertos del Santiago Bernabéu, tras las denuncias por ruido de los vecinos.
Una situación que obligó a varios artistas (incluida ella) a trasladar o posponer sus shows. Algo que a Lola le terminó pasando factura a nivel profesional, pero mucho más a nivel emocional.
Lola Índigo durante una actuación.
A ello se suman meses de sacrificios personales y renuncias. "Me he hinchado a escribir canciones, me he hinchado a currar y a trabajar, de verdad. Lo digo abiertamente y con mucho orgullo, pero he sacrificado muchas cosas en el camino", confesó.
El lado invisible de la fama
El caso de Lola Índigo pone de nuevo sobre la mesa un debate urgente: la salud mental en la industria musical.
No es la primera vez que una artista de éxito admite públicamente estar sobrepasada por la presión de una carrera que, desde fuera, parece idílica.
La andaluza de 33 años lo expresó con honestidad: "Estoy agotada mentalmente. Os quiero mucho, pero necesitaba decirlo. Quiero seguir disfrutando de mi sueño, y para hacerlo necesito parar".
Su decisión la sitúa en la misma línea que otros cantantes como Quevedo, Tini Stoessel o Pablo Alborán, que también han tenido que detener su carrera temporalmente para priorizar su bienestar.
Más allá de lo musical, la decisión de Lola Índigo tiene un eco especial en el público femenino. Muchas mujeres se sienten identificadas con esa sensación de tener que demostrar siempre más, sin parar, sin descansar.
En este sentido, su confesión no es solo la historia de una cantante de éxito, sino también un reflejo de una realidad compartida por miles de trabajadoras que cargan con la presión de ser perfectas en todo momento.
