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Puede sonar a algo antiguo, de nuestras bisabuelas, algo que quizá muchas vean pasado de moda. Pero la realidad es que limpiar la plata sigue siendo algo necesario en muchos hogares. En contra de lo que se pueda pensar, no hace falta emplear métodos farragosos para que quede impoluta: 'La Ordenatriz' tiene dos trucos infalibles.

De este tema trata la pregunta del consultorio que esta semana responde Begoña Pérez en Magas. "Necesito un tip que no sea trabajoso y poco contaminante", le plantean. Ella ofrece dos mejor que uno, tanto en mojado como en seco, que explica de manera sencilla y didáctica.

Los objetos de este tipo de material, ya sea cubertería, recipientes de cocina o cosas de decoración, se manchan principalmente por la reacción con compuestos de azufre presentes en el aire, especialmente el sulfuro de hidrógeno. Esto es lo que genera esa capa oscura en la superficie que opaca su brillo. También el polvo o la humedad les afecta.

Cuando la plata se ensucia hay que tratarla con delicadeza. iStock

Devolverlos a su estado original es fácil siguiendo estos pasos. Coge una olla, coloca en el fondo un trozo generoso de papel de aluminio y llénala de agua en la cantidad suficiente para que la plata que vayas a meter quede cubierta. A continuación, caliéntala sin que llegue a hervir, no es necesario. Apaga el fuego, echa un poco de bicarbonato y mete lo que quieras limpiar.

Deja actuar durante al menos diez minutos para que la electrólisis haga su magia. El uso de esos tres elementos produce una reacción eléctrica que invierte el proceso y elimina las manchas sin dañar la pieza, como hacen otros métodos. Una vez pasado el tiempo aconsejado, se sacan los objetos y se limpian con un trapo seco, sacando el lustre que había perdido.

Para las cosas que no caben en una cacerola o que tienen incrustaciones más fuertes o aleaciones con otros metales como la alpaca, hay otra opción que 'La Ordenatriz' recomienda: la llamada piedra blanca.

Se trata de una arcilla limpiadora, ligeramente abrasiva, que se aplica con una esponja mojada. Por eso sugiere probar primero en una zona pequeña, porque puede rayar la superficie. Ella utiliza una marca en concreto, aunque hay varias opciones en el mercado. 

Frota el objeto poco a poco hasta que la suciedad vaya desapareciendo, insistiendo en los recovecos y relieves. Para finalizar, retira la espuma con una bayeta limpia y comprueba el increíble resultado. ¡Podrás mirarte como en un espejo!

Lo que no se debe hacer nunca para evitar estropear las piezas de plata es utilizar productos abrasivos, estropajos metálicos, cepillos duros o paños demasiado ásperos.

Tampoco otros trucos caseros como frotar con pasta de dientes o limpiadores multiusos, porque pueden causar daños. Así que si tienes en casa esa cubertería que es casi una reliquia familiar, sigue los consejos de Begoña Pérez, toda una experta.