Los nacimientos han caído un 25% en la última década y esto se debe a diferentes motivos, como el cambio de los valores sociales, la precariedad laboral o la dificultad para acceder a una vivienda digna, entre otros. Son todos ellos motivos que condicionan de alguna forma el modelo de familia actual.
Una de las principales razones es la economía, ya que ante unos sueldos cada vez más bajos y la inestabilidad laboral, sumado al aumento en los precios de los alquileres, hace que muchos jóvenes no puedan formar una familia, aunque este sea su deseo.
Sin embargo, no solo es importante la cuestión económica, sino que también se le debe dar importancia a la conciliación familiar, la cual no siempre es una buena opción. Muchas personas también dan prioridad a su desarrollo profesional, a su libertad o a la estabilidad personal frente a tener hijos.
En el programa Y ahora Sonsoles de Antena 3, Tania Serrulla, una madre soltera, ha explicado su situación, asegurando que se siente discriminada a la hora de buscar trabajo por su condición de tener un hijo.
Destaca que no hay ayudas y las que hay "son a un año vista o con carácter retroactivo", pero también asegura encontrarse con dificultades para ser elegida en los puestos de trabajo, puesto que le preguntan qué hará cuando su hijo se ponga malo.
Tania Serrulla siempre tuvo claro que quería ser madre soltera, lo que le ha jugado una mala pasada a la hora de buscar empleo, ya que le cierra muchas puertas. Esto dista mucho de cómo afrontaba la etapa laboral en el pasado.
"Yo antes me apuntaba a las entrevistas de trabajo con cierta tranquilidad. Prácticamente me llamaban enseguida, y me contrataban", explica, pero al mismo tiempo asegura que cuando eres madre, te hacen otras preguntas.
Hoy en día es habitual que le pregunten si va a tener más hijos, cómo se arregla para recoger al niño, la flexibilidad que tiene o cómo es su día a día, una serie de preguntas que le hace tener la sensación de que "no les importa la experiencia que yo puedo aportar a ese trabajo.".
Es por ello por lo que se encuentra indignada, ya que considera que su vida personal y familiar, así como su hijo, es asunto suyo y no tiene que interesar o afectar a quien busca un nuevo trabajador.
Ser madre afecta a la vida laboral
Las mujeres tienen que enfrentarse a un coste laboral importante por el simple hecho de ser madres, incluso en aquellos países en los que los sistemas de bienestar están consolidados. En España se puede apreciar en diferentes aspectos relacionados con el mercado de trabajo.
Las mujeres tienen que lidiar en muchos de los casos con una menor remuneración, mayor probabilidad de empleo a tiempo parcial y temporal, y más salidas del mercado laboral. Además, tras el nacimiento del primer hijo, la situación del paro de hombres y mujeres es diferente.
Los diferentes estudios realizados han podido confirmar que tener hijos penaliza a la vida laboral de las mujeres, ya que de forma tradicional han sido ellas las que han abandonado sus puestos de trabajo para dedicarse a los cuidados del hogar, de los hijos y de los mayores.
También lo han hecho para ocuparse de sus maridos, y aunque parece algo propio de otra época, es muy posible que te encuentres con muchos casos a tu alrededor en los que esto sigue ocurriendo.
Un estudio publicado en The Review of Economic Studies ha analizado el impacto de la maternidad en las carreras de las mujeres de todo el mundo, concluyendo que tener hijos supone una penalización significativa para sus oportunidades de empleo.
De acuerdo con los datos recabados de 134 países, se puede confirmar que la brecha laboral de género se amplía tras la llegada del primer hijo, aunque hay grandes diferencias en función del nivel de desarrollo económico y la estructura laboral de cada país.
Trayectorias similares hasta la maternidad
En dicho estudio se ha podido confirmar que, en la mayoría de los países analizados, tanto hombres como mujeres presentan trayectorias similares hasta el momento de la maternidad, momento en el que ellas sufren una pérdida persistente y radical en sus niveles de empleo.
Son muchas las madres que deciden abandonar el mercado laboral una vez que nace su primer hijo, una penalización que se mantiene a lo largo del tiempo. No obstante, hay grandes diferencias entre los diferentes continentes.
En el caso que nos atañe, con respecto a Europa, la situación varía en función de la zona geográfica. En los países nórdicos la penalización es relativamente baja, rondando el 14% en países como Dinamarca.
De esta forma, en el centro y el sur de Europa, sin embargo, alcanza niveles mucho más elevados, llegando a alcanzar el 50% en algunos países como la República Checa, lo que hace que sea más que evidente el impacto que tiene el nacimiento de los hijos en la vida laboral de las mujeres.
La investigación también ha establecido la correlación entre el desarrollo económico de los países y el grado de penalización laboral derivada de la maternidad. En economías menos desarrolladas, la brecha de género antes de la maternidad es mayor, pero la penalización posterior a la llegada del primer hijo es inferior.
Sin embargo, en países con mercados laborales urbanos e industrializados, la penalización es un factor clave como parte de la desigualdad de género.
