Existe una evidente falta de mujeres en la ciencia y el ámbito tecnológico, y así lo recuerda la ingeniera Claudia Rebollo en su podcast Clau, Quiero Ser Ingeniera, donde trata de visualizar los caminos académicos y profesionales de las mujeres que deciden estudiar carreras técnicas.
Más allá de divulgar su mensaje en este espacio, también aprovecha sus intervenciones en otros programas como en Toque de Ingenio para reivindicar el papel femenino dentro de un mundo que aún se encuentra muy masculinizado.
El nacimiento de su podcast llegó a partir de su descubrimiento de que apenas había nueve mujeres en una clase de cien estudiantes, lo que le llamó poderosamente la atención. Por aquel entonces se hizo muchas preguntas al respecto.
Una de ellas tenía que ver con el hecho de buscar la razón por la que, siendo la ingeniería una disciplina tan interesante, había tan pocas chicas interesadas en estudiarla. A partir de esa pregunta nació un proyecto que trata de poner en valor a las mujeres ingenieras.
"Hasta las mamografías están diseñadas por hombres", destaca Claudia Rebollo, reflexionando que existen muchas cosas hechas para el género femenino que son hechas por parte del masculino.
Pese a todo, la ingeniería tiene claro que no se trata de ocupar cuotas o imponer presencias, sino de aportar miradas distintas en una sociedad que avanza hacia lo tecnológico y lo digital, y no tiene dudas a la hora de recalcar que "sin nosotras, ese futuro estará cojo".
Su iniciativa está siendo un éxito, y gran parte de ello tiene que ver con el hecho de que se trata de un discurso feminista construido desde la experiencia y la empatía. De hecho, ella misma recalca que muchas madres le escriben para entender mejor a sus hijos.
Cambios en el tipo de enseñanza
Su paso por la universidad, tanto en Madrid como en Milán, ha hecho que Claudia Rebollo haya podido conocer de primera mano las carencias del sistema educativo técnico actual, donde echa especialmente de menos la práctica y la falta de capacidad para motivar de los docentes.
En su caso, apuesta porque haya cambios y se opte por otro tipo de enseñanza, que sea más emocional, más práctica y más cercana, además de inclusiva. "Nos faltan referentes femeninos desde la infancia", insiste la ingeniera.
Durante la conversación, Rebollo reconoció que no ha sufrido machismo de manera directa, pero sí "pequeñas cosas que chirrían" y que no hacen más que reflejar una cultura arraigada. Ve que hay profesores que tratan de forma diferente a las alumnas que a los alumnos.
En otros casos, excluyen sin intención a las mujeres, dando así lugar a entornos en los que parece que el género femenino no encaja del todo. Todo ello existe, pero lejos de resignarse, tiene claro que hará lo posible para acabar con ello, pues tiene voluntad de cambiarlo.
En su trabajo de final de grado (TFG) trabaja con técnicas de microfluídica para analizar células, un tema importante que tiene aplicaciones médicas interesantes. Sin embargo, su vocación va más allá y trata de saber conectar y construir un futuro más justo para las ingenieras.
La desigualdad de género en el sector tecnológico
La desigualdad de género en el sector de la tecnología, especialmente en la inteligencia artificial y la ciberseguridad, sigue siendo un asunto alarmante, más aún cuando hablamos de puestos de dirección, lo que lleva a cada vez más personas a tratar de acabar con esta brecha de género.
En la actualidad, las mujeres apenas ocupan el 23% de los puestos de trabajo en el sector TIC en España, tal y como recoge el último informe realizado por el Observatorio de Mujeres, Ciencia e Innovación (OMCI) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Si nos centramos en campos concretos como la ciberseguridad o la IA, esta cifra se reduce hasta el 12%. Con estos datos, es sencillo poder imaginar que los puestos de dirección en el sector están en su mayoría ocupados por hombres. Las mujeres, de hecho, solo ocupan el 20,2% de los puestos de director de tecnología.
El futuro es tecnológico, pero también lo es el presente, pero es alarmante que haya esta desigualdad de género. El sector de la industria y las nuevas tecnologías es principalmente masculino por distintas barreras educativas y socioculturales.
Las mujeres se han encontrado a lo largo del tiempo una mayor dificultad a la hora de formarse y de desarrollar su carrera profesional en estos ámbitos. Y no se trata solo de un problema de acceso, sino que también tiene que ver con el desarrollo profesional de las mujeres.
Tal y como han demostrado diferentes estudios e informes, como el Women in the Workplace 2023 de Lean In y McKinsey, por cada 100 hombres que ascienden a puestos de gerencia, solo 87 mujeres logran el mismo ascenso.
De esta manera, queda claro que los hombres tienen más posibilidades de acceder a un puesto directivo. Una de las principales causas tiene que ver con la falta de políticas reales de conciliación entre familia y trabajo.
Para poder fomentar la reincorporación de la mujer y que exista una mayor equidad de género en la industria tecnológica, es imprescindible que se conviertan en lugares de inspiración y crecimiento que se encuentre basado en la igualdad y la diversidad.
Afortunadamente, hay cada vez más entidades y personas como Claudia Rebollo que tratan de visualizar la situación y crear conciencia de la importancia de que las mujeres tengan mayor presencia en diferentes ámbitos que hoy en día están principalmente ocupados por hombres.
