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Cada vez más personas decoran su hogar con plantas. Más allá de su atractivo estético, estos seres vivos son capaces de beneficiar nuestra calidad de vida, reducir el estrés y mejorar significativamente el bienestar mental.

Sin embargo, y a pesar de sus beneficios, cuidar correctamente de las plantas de interior no es fácil. Son muchos los factores que se deben tener en cuenta, y uno de los más importantes es la luz del sol.

Cuando una planta no recibe suficiente luz solar, se producen varios problemas que afectan su crecimiento, desarrollo y salud. Por ello, en ocasiones, son ellas mismas las que indican de este suceso. Según el experto en jardinería Felipe Castro, hay que prestar atención a su color.

La señal que indica que a tu planta le falta luz

Las hojas de las plantas son uno de los indicadores más claros y sensibles del bienestar general de la misma, y su color es un reflejo directo de las condiciones ambientales en las que se encuentra.

Entre los muchos factores que pueden afectar el color de las hojas, la luz ocupa un lugar fundamental, ya que está directamente relacionada con la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas producen su alimento.

Sin suficiente luz, la planta no podrá producir suficiente energía y, como consecuencia, sufrirá un crecimiento deficiente, debilidad y posiblemente muerte.

La intensidad, calidad y duración de la luz que una planta recibe pueden determinar no solo su crecimiento, sino también el matiz de verde que presentan sus hojas.

Así lo ha explicado el experto en jardinería Felipe Castro en un vídeo en sus redes sociales. Cuando una planta recibe demasiada luz, sus hojas pueden tornarse de un verde muy claro, casi amarillento en algunos casos.

Este fenómeno ocurre, ya que, al estar expuesta a una alta intensidad lumínica, la planta produce menos clorofila de la necesaria, o bien, aquella que produce se degrada más rápidamente.

La clorofila es el pigmento responsable del color verde de las hojas y esencial para la fotosíntesis. Si la planta sufre un exceso de luz, puede sufrir un estrés lumínico que afecta directamente a la producción de clorofila.

Si tu planta tiene las hojas muy claras, es posible que esté intentando protegerse del exceso de radiación, reduciendo su capacidad fotosintética para evitar daños mayores.

En cambio, según Castro, cuando la planta no recibe suficiente luz, las hojas adoptan un tono de verde mucho más oscuro.

Esto se debe a que, en su esfuerzo por captar la luz disponible, la planta incrementa la producción de clorofila con el fin de maximizar la captación.

Aunque este mecanismo adaptativo le permite sobrevivir con luz limitada durante cierto tiempo, la realidad es que la planta puede crecer más lentamente y desarrollar tallos más largos y delgados.

Además, puede volverse más vulnerable a las enfermedades y plagas debido al debilitamiento de su estructura.