Las relaciones de pareja no están exentas de dificultades y momentos complicados. Aunque en un principio es habitual que todo parezca idílico, a medida que crece la confianza y se pasa más tiempo junto a la otra persona, así como la convivencia y las condiciones familiares, la situación puede llegar a cambiar, hasta el punto de que muchas relaciones sentimentales llegan a su fin. Incluso aquellas que llevaban décadas juntos.
En España, concretamente, más de la mitad de los matrimonios acaban en divorcio. Tomando como referencia los datos de 2023 recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de media se producen 219 divorcios al día, o lo que es lo mismo, 9 por hora. Además, la soltería sigue en alza, y la cifra asciende a los 14 millones de solteros.
Por algún motivo, parece que las relaciones ya no duran tanto como antes. Los motivos, según los expertos, pueden ser muchos; sin embargo, tal y como apunta el psiquiatra Enrique Rojas, existen cuatro factores determinantes que desencadenan las crisis de pareja: desgaste de la convivencia, infidelidad, hipertrofia profesional y crisis de identidad.
Los cuatro factores que desencadenan crisis de pareja
Para tomar un rumbo sentimental positivo y reconstruir nuestra vida después de una ruptura, es fundamental comprender las razones que llevaron al final de la relación. Según explica Rojas, solo a través de este proceso de reflexión y aprendizaje podremos evitar caer en los mismos errores y construir una nueva historia basada en bases más sólidas.
Las crisis de pareja pueden tener múltiples causas, y cada relación es un mundo en sí mismo, pero existen factores recurrentes que suelen estar presentes en la mayoría de los conflictos sentimentales. En primer lugar, y, posiblemente uno de los más temidos, el desgaste de la convivencia.
La convivencia es uno de los pilares imprescindibles de una relación. Cuando nos mudamos con nuestra pareja es cuando realmente comprendemos no solo cómo es la otra persona, sino todo lo que implica vivir con ella: sus gustos, manías, costumbres y un largo etcétera.
Con el paso del tiempo y especialmente viviendo en una misma casa, la vida en pareja puede volverse monótona, las costumbres se instalan en la rutina y la ilusión inicial puede desvanecerse. Las personas cambian, evolucionan y, en algunos casos, sus caminos dejan de ser compatibles. Puede incluso llegar a pasar que la conexión se desvanezca.
Lo que en un principio fue una conexión fuerte y llena de complicidad puede transformarse en una relación distante donde las diferencias se hacen más evidentes y los desencuentros se multiplican. De hecho, según los expertos, puede darse lo que se conoce como el 'síndrome del compañero de piso'.
La falta de comunicación, la ausencia de detalles y el descuido de la relación pueden hacer que dos personas que alguna vez fueron cercanas se conviertan en extraños. Por ello, Rojas incide en la importancia de una buena convivencia si queremos que la relación prospere.