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En España, son emblemáticos los patios llenos de macetas con geranios, los grandes jardines y parques en las ciudades. De hecho, es uno de los países del mundo dónde existen más plantas por hogar. Hay pocos lugares en los que no encontremos grandes zonas verdes con plantas con flores, sin flores, incluso con plantas de interior.

En cuanto a nuestro hogar, las plantas no solo son un elemento decorativo, sino que existen varios motivos que justifican tenerlas en casa, pero el más importante es que las mejoran el ambiente y contribuyen a nuestro bienestar. Sin embargo, tal y como pasa con todo lo bueno, no es fácil mantenerlo.

Las plantas necesitan unos cuidados específicos que, en ocasiones, ni siquiera son suficientes. Hay veces que interfieren muchos factores que perjudican su bienestar, su estética e, incluso, su crecimiento. Para este último caso, los expertos aseguran tener una fórmula que "nunca falla": azúcar moreno y bicarbonato.

El abono casero a base de azúcar moreno y bicarbonato 

La combinación de azúcar moreno y bicarbonato de sodio es un remedio casero utilizado por muchos jardineros para mejorar la salud de las plantas y el suelo. Además, es uno de los trucos que ha compartido el Instituto de jardinería online, como una de las técnicas "más efectivas".

El azúcar moreno es una fuente de energía natural que puede beneficiar a las plantas de diversas maneras. Al aplicarla en el suelo o diluirla en agua para riego, ayuda a alimentar los microorganismos beneficiosos del sustrato, promoviendo un ecosistema microbiano equilibrado. Estos microorganismos descomponen la materia orgánica y facilitan la disponibilidad de nutrientes esenciales.

Además, el azúcar moreno contribuye a mejorar la absorción de minerales, fortaleciendo el desarrollo de raíces y estimulando el crecimiento vigoroso del follaje. También se ha utilizado en el enraizamiento de esquejes, ya que proporciona una fuente de energía inicial que facilita la adaptación de nuevas plantas.

Por otro lado, el bicarbonato de sodio es conocido por sus propiedades antifúngicas y alcalinizantes. Su uso en las plantas ayuda a prevenir enfermedades causadas por hongos, como el mildiú polvoriento y la roya, puesto que altera el pH en la superficie de las hojas y dificulta el crecimiento de estos patógenos.