"El corrector puede ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. Todo depende de la cantidad y de cómo lo apliques", sentencia Beatriz Bernal, maquilladora profesional desde hace 15 años.
La experta en maquillaje artístico y, sobre todo, real, es un eferente para miles de mujeres de más de 30 que buscan rejuvenecer su rostro sin filtros, sin exceso de maquillaje y, sobre todo, sin falsas promesas.
Pocos neceseres se entienden hoy sin un corrector de ojeras. Para muchas, es el salvavidas del cansancio y el truco exprés para aparentar buena cara.
Corrige, ilumina, levanta e incluso rejuvenece. Pero solo si se usa bien. Porque, como explica Bernal, "si te echas más cantidad de la necesaria, se cuartea, se mete en todos los pliegues y te suma años en lugar de quitártelos"
¿Entonces? ¿Cuál es el verdadero secreto para una mirada joven y despierta cuando más lo necesitamos? Beatriz Bernal responde en exclusiva para Magas.
El error que envejece tu mirada
Beatriz lo tiene claro: los pliegues marcados bajo el ojo no tienen tanto que ver con el producto, sino con la técnica y la cantidad.
"La mayoría de las personas cree que corrigen mejor aplicando mucho corrector. Y es justo al revés. Cuanto más producto pongas, más textura creas, más se marcan las arrugas y más envejecida se ve la mirada", nos explica.
El mayor error, según la maquilladora, es cubrir toda la zona de la ojera, desde el lagrimal hasta la sien. "El corrector no es una base. No es para extender por toda la zona, sino solo donde hay oscuridad".
Y ahí está el secreto, tan solo aplicar un punto de corrector en la zona realmente oscura, dejarlo asentarse unos segundos y difuminarlo suavemente. "Si te echas poco, lo puedes controlar. Si te echas demasiado, el producto controla tu piel", afirma.
El truco profesional
Bernal desvela una técnica poco conocida fuera del mundo profesional: el fijador antes de difuminar. El paso es simple pero transformador:
- Aplicar el corrector solo en la zona oscura.
- Esperar unos segundos para que el pigmento se asiente.
- Pulverizar ligeramente fijador de maquillaje antes de difuminarlo.
"Ese paso es clave. El fijador hace que el corrector no migre hacia las arrugas. Es como una capa invisible que lo deja en su sitio. Por eso aguanta más horas y no se cuartea", explica.
Luego, hay que difuminar con una brocha de pelo suelto, no con esponja húmeda. La brocha reparte el producto sin arrastrarlo ni saturar la piel. Y para terminar, "con una esponjita seca, solo toquecitos, eliminando el exceso".
El resultado es una cobertura ligera, natural, sin grietas y con efecto lifting instantáneo. "Si la arruga está hidratada, ya no molesta… hasta te parece bonita", asegura Bernal.
Otro error común es intentar "borrar" las arrugas con maquillaje. Según Bernal, ese es el camino más corto para que se noten aún más.
Por eso, insiste en que el maquillaje rejuvenecedor empieza antes del maquillaje. Y no requiere una rutina de 10 pasos. Tan solo dos productos fundamentales: un sérum hidratante (mejor si contiene ácido hialurónico o Vitamina C) y un protector solar de amplio espectro.
"No necesitas 50 cremas ni 300 euros en productos. El protector solar es el mejor antiarrugas del mercado. Y con hidratación, el corrector se comporta de forma totalmente diferente", añade.
¿Entonces, por qué se recomienda aplicar mucho? Marketing, y no piel real: "Hay mucho marketing y mucho intrusismo. Gente muy joven que aplica cinco capas de corrector porque queda bonito en cámara, pero no cuenta que en una piel madura eso se cuartea en minutos".
Además, avisa que los tutoriales virales no siempre están pensados para pieles reales. "Si tienes textura, líneas o piel seca, ese maquillaje no funciona igual. La piel no es un filtro".
