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Todos los asiduos al maquillaje tenemos rutinas y estilos de los que es difícil sacarnos. La persona que lleva desde los 20 años pintándose los labios de rojo o maquillándose mucho los ojos, es fácil que siga haciendo la misma técnica.

Siguiendo esta regla no establecida, si tienes más de 60 años y sigues delineando tus ojos con lápiz negro en la línea de agua inferior, es fácil que estés sumando años sin saberlo.

Así de claro lo afirma Inma Novillo, maquilladora profesional y responsable de marketing de You Are The Princess:

"Si tuviera 60 años, nunca me maquillaría la línea de agua de abajo del ojo. Hace que te sumes años de forma innecesaria, endureciendo la mirada y restando frescura".

Una afirmación que desmonta uno de los hábitos más arraigados en la rutina de maquillaje de muchas mujeres.

Maquillaje a partir de los 60

Cumplir años no significa renunciar a maquillarse, pero sí implica aprender a hacerlo con inteligencia y luz, no con intensidad y oscuridad.

La piel cambia, los rasgos se suavizan y la mirada pierde firmeza. Lo que antes potenciaba tus rasgos, ahora puede endurecerlos.

"El problema es que seguimos maquillándonos igual que hace 20 años", explica Novillo. "Lo que antes aportaba sensualidad, ahora puede oscurecer la mirada y apagar el rostro."

El lápiz negro en la línea de agua es el ejemplo perfecto. Es un gesto clásico que antes realzaba la mirada y ahora te acorta el ojo, resalta las arrugas y resta frescura.

Lápiz negro en la línea de agua

Durante décadas, delinear los ojos por dentro con lápiz negro fue símbolo de mirada intensa, misteriosa, casi felina.

Pero, con el paso del tiempo, ese truco puede tener el efecto contrario. "El negro marca las sombras naturales del ojo, lo hace parecer más pequeño y endurece los rasgos", explica la experta.

Además, ese trazo oscuro contrasta con la pérdida de firmeza en el contorno y hace que las líneas de expresión se noten más. El resultado es una mirada más cansada, menos luminosa y visualmente más envejecida.

"A partir de los 60, lo que más favorece es abrir el ojo con tonos claros, dar luz a la zona y apostar por pestañas bien definidas", insiste Novillo.

Sustituir el negro por beige

La alternativa es sencilla y eficaz, tan solo tienes que cambiar el lápiz negro por uno beige, crema o marfil.

Estos tonos crean un efecto óptico inmediato de ojos más grandes, más despiertos y más jóvenes.

"El beige ilumina la zona del lagrimal y neutraliza las rojeces. Es un truco profesional que rejuvenece la mirada al instante", señala la maquilladora.

Delineado de ojos negro.

Este consejo no distingue colores de ojos. En los ojos oscuros, el lápiz claro aporta frescura y suaviza la mirada, mientras que en los ojos claros, potencia el brillo natural del iris y crea un efecto de luminosidad.

Y si lo que se busca es un resultado más sofisticado, se puede añadir una sombra cálida, en tono marrón suave o topo, difuminada bajo las pestañas inferiores. Así se define la mirada sin endurecerla.

La importancia de las pestañas

Otro punto clave en el maquillaje a partir de los 60 son las pestañas. "Hay que trabajarlas bien con máscara, sobre todo las superiores, para levantar el ojo y aportar definición", recomienda Novillo.

El truco está en aplicar la máscara desde la raíz, empujando hacia arriba, para conseguir ese efecto lifting inmediato.

Si se quiere más intensidad, puede aplicarse una segunda capa solo en el centro del párpado, evitando las puntas para no recargar.

Lo que no se debe hacer nunca es aplicar máscara en las pestañas inferiores a partir de los 60. "Eso marca las bolsas y las líneas de expresión", advierte la experta.