Publicada

Los párpados caídos se refiere a la caída del párpado superior, que puede cubrir parcialmente o totalmente las pupilas. A pesar de ser un fenómeno común y natural, puede proyectar una imagen equivocada, reflejando un rostro apagado y una impresión de cansancio y envejecimiento.

Las razones por las que ocurre son muchas y variadas, pero el paso del tiempo es el principal culpable. Por eso supone una de las grandes preocupaciones a partir de los 50 años, que es cuando vemos que se acentúa y que la caída es en picado.

Es justo en ese momento en el que debemos cambiar ciertos hábitos que quizás antes hacíamos sin pensar, como el maquillaje. Las técnicas como el eyeliner ya no resultan tan favorecedoras y, de acuerdo con las expertas, es porque cometemos un error: estirar el ojo. 

Por qué no estirar el ojo para hacer el 'eyeliner'

La blefaroplastia, es decir, la cirugía de los párpados, ocupa el tercer puesto como una de las operaciones más frecuentes en España y una de las intervenciones más frecuentes entre las personas mayores de 60 años. 

Aunque el maquillaje pueda ser una forma muy efectiva para eliminar temporalmente este complejo, la realidad es que muchas mujeres emplean técnicas erróneas y, en lugar de disimularlo, en ocasiones lo hace más llamativo.

Este error, de acuerdo con la maquilladora María Arteaga, es estirar el párpado al hacer el eyeliner en un intento de tensar la superficie y facilitar el trazo. 

Si tensamos la piel, el delineado no saldrá correctamente y cuando el ojo vuelva a su posición natural, la línea se deformará, creará pliegues y perderá toda precisión.

Este gesto, aunque muchas veces lo hagamos de forma instintiva, impide que el delineado respete la estructura natural del ojo y termine adaptándose mal a la forma real del párpado. 

Como alternativa, la experta aconseja "fijarte en la caída del párpado", ya que no todos son iguales. Hay quienes tienen una pequeña pérdida de firmeza en la zona externa, mientras que otros presentan una cobertura casi total por parte del pliegue. 

Una vez hemos comprendido nuestro párpado, "tienes que hacer una línea recta con el ojo abierto y sin estirar la piel". Un paso que, puede parecer difícil al principio, pero garantiza un resultado bonito con el ojo en reposo. 

Lo ideal es seguir la dirección natural del párpado caído, aprovechando la forma. Esto permite crear un efecto visual de elevación, sin que el delineado se rompa o se esconda. 

En cuanto trazamos esa línea, la experta recomienda rellenar las zonas donde, por la caída del párpado, el delineado no se ha trazado. Todo ello, con productos de punta muy fina o pinceles angulados para tener un mayor control posible.

Este último paso es fundamental, ya que un eyeliner demasiado grueso puede ocupar gran parte del espacio visible, haciendo que el ojo parezca más pequeño, pesado y envejecido. 

Cuanto más delgada y precisa sea el delineado, más elegante será el efecto y tendrá un mayor impacto de amplitud visual.