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A partir de cierta edad, es importante prestar aún más atención al cuidado de la piel, especialmente, el contorno de los ojos. La piel que rodea esta zona del rostro es hasta cinco veces más fina que la del rastro de la cara, lo cual facilita que se vea más afectada por factores externos y necesite unos tratamientos más concretos.

Precisamente por ser mucho más fina y contener menos grasa, la piel del contorno de ojos suele desarrollar arrugas antes que el resto del rostro, como es el caso de las famosas patas de gallo. Estas líneas de expresión se forman con el tiempo debido al proceso natural de envejecimiento; sin embargo, interfieren directamente con nuestra autoestima.

Así como los contornos de ojos emergieron como la solución divina a este problema, las famosas como Nieves Álvarez tienen otro secreto: complementar este cosmético con ejercicios de yoga facial. Con pequeños masajes, podemos mejorar la apariencia de la piel y reducir estas arrugas —casi— definitivamente. 

Los beneficios del yoga facial en el contorno de ojos

Las patas de gallo son pequeñas arrugas de expresión que se forman en los extremos de los ojos según vamos envejeciendo. Se deben a la repetida contracción de los músculos que se encuentran debajo, que tira de la dermis, formando líneas cada vez más profundas según pasa el tiempo.

Generalmente, este tipo de líneas de expresión suelen ser las primeras en visibilizarse debido a la zona en la que están. El contorno de los ojos, además de ser fino y contener menos grasa, se hidrata con menos frecuencia, aumentando el riesgo de sequedad cutánea. Unas condiciones que propician la aparición de las temidas patas de gallo.

En este contexto, los masajes en el contorno de ojos son una técnica efectiva y natural para reducirlas, así como para mejorar la apariencia de la piel. Esta práctica se ha utilizado durante siglos en diversas culturas, especialmente en la medicina tradicional asiática, donde se considera una forma de estimular la circulación y promover el rejuvenecimiento celular.

Al aplicar suaves movimientos circulares o ligeras presiones en la zona periocular, se consigue un efecto beneficioso que va más allá de la estética, ya que también ayuda a aliviar la fatiga ocular y la tensión acumulada en los músculos de esta delicada área.

Uno de sus principales beneficios es su capacidad para estimular la circulación. Con el paso del tiempo, la microcirculación en el área de los ojos tiende a ralentizarse, lo que puede provocar una apariencia cansada, hinchazón y la formación de líneas de expresión.

Mediante movimientos específicos, se logra aumentar el flujo, lo que favorece una mejor oxigenación y nutrición de las células cutáneas. Esto permite que la piel se mantenga más tersa, luminosa y con una apariencia rejuvenecida, además de contribuir a la eliminación de toxinas acumuladas, reduciendo así la inflamación y las ojeras.