La estética y la belleza han evolucionado potencialmente con el paso de los años. No solo la perspectiva que tenemos hacia ellas y la libertad que actualmente les acompaña, sino que muchos de los productos con los que contamos ahora antes no existían. Especialmente, cuando hablamos de avances para tratar imperfecciones más concretas, como las arrugas o líneas de expresión.
Todo ello nos hace pensar en cómo se cuidaban nuestras abuelas para lucir un cutis terso y firme. Mientras que los remedios naturales actuaban como el "milagro" al que todas podían acceder, la realidad es que incluso entonces existían ciertos tratamientos muy poderosos, como es el caso del hielo facial.
Se dice que la reina Cleopatra colocaba trozos de carne de ternera encima de la piel para mantener el cutis terso y libre de flacidez. En la actualidad, este proceso se conoce como face icing y ha llegado a celebrities como Bella Hadid o Georgina Rodríguez.
En qué consiste el 'face-icing'
El face icing, también conocido como terapia de hielo facial, es una práctica de belleza que consiste en aplicar frío en el rostro mediante hielo o herramientas frías como rodillos, globos faciales o incluso cubitos de hielo envueltos en una tela. Este tratamiento se ha popularizado como un ritual de cuidado de la piel debido a sus múltiples beneficios y sus raíces en tradiciones antiguas de belleza, donde el frío siempre ha sido utilizado para mejorar la apariencia de la piel.
El proceso básico del face icing implica frotar hielo suavemente sobre la superficie de la piel durante un período corto de tiempo, generalmente pocos segundos. Este tratamiento actúa de varias formas beneficiosas para la piel, comenzando por la vasoconstricción, que es la contracción de los vasos conductores en la superficie de la piel, que se contraen y se expanden cuando el frío se retira.
Uno de los beneficios más notables del face icing es su capacidad para reducir la hinchazón facial. Muchas personas utilizan esta técnica por la mañana, especialmente después de una noche de mal sueño o de retención de líquidos, ya que el frío ayuda a desinflamar áreas como los párpados, las ojeras o las mejillas.
El frío también tiene un efecto calmante y antiinflamatorio, lo que lo convierte en una solución natural para personas con piel propensa al enrojecimiento, irritación o acné. Al reducir la inflamación y cerrar temporalmente los poros, el face icing puede ayudar a minimizar la apariencia de los poros dilatados, equilibrar la producción de grasa y calmar brotes de acné activos. Sin embargo, aunque puede ser útil, no es una solución permanente para tratar condiciones severas de la piel.