Eugenia Silva, empresaria, modelo y directora creativa, da un paso más en su compromiso con el futuro de las nuevas generaciones y co-lidera el revolucionario lanzamiento de Ellas Hablan Código, una iniciativa educativa y social que busca despertar vocaciones científico-tecnológicas (STEAM) desde edades tempranas.
Impulsada junto a Generación Code —y Fran del Pozo, director regional de code.org— además del respaldo institucional de la Fundación Princesa de Girona, el Colegio Profesional de Ingenieros Informáticos y Deloitte, esta iniciativa nace con un propósito claro y ambicioso: acercar la informática, la lógica computacional y la creatividad tecnológica a niñas y adolescentes.
No sólo en España, sino también en Latinoamérica, garantizando así la igualdad de oportunidades en el acceso a las profesiones del futuro. “El código es omnipresente. Ha cambiado nuestra forma de estudiar, de trabajar, de relacionarnos y de entender nuestro lugar en el mundo", expresa Eugenia Silva, fundadora de The Crew, The Crew Art y LIMITED, en conversación con Magas.
La modelo Eugenia Silva.
Y prosigue: "Con la irrupción de la inteligencia artificial, es más necesario que nunca que niñas y niños comprendan el lenguaje de las máquinas. La tecnología es maravillosa, pero hay que saber utilizarla y aprender”.
Educación para transformar el futuro
Además del acceso a formación, la iniciativa busca sensibilizar a las familias y al profesorado sobre la importancia del desarrollo del pensamiento computacional desde edades tempranas. “Con Ellas Hablan Código queremos despertar vocaciones, cambiar la percepción social de la materia, y demostrar que la informática no es una cuestión de género, sino una herramienta universal para imaginar y construir el mundo, explica Eugenia Silva.
Fran García del Pozo añade que Ellas Hablan Código "está abierto a todas aquellas corporaciones que deseen impulsar el cambio real desde la base, financiando becas de formación en principios básicos de programación e inteligencia artificial para niñas y adolescentes" y pone en valor que “creemos firmemente que el talento no tiene género ni fronteras, y por eso invitamos al tejido empresarial a formar parte activa de esta transformación educativa y social”.
Eugenia, Ellas Hablan Código: ¿cómo nace y de qué trata exactamente esta iniciativa?
Bueno, pues nace de mi propia curiosidad y de ese deseo constante de ver en qué puedo colaborar para dejar un impacto positivo en el mundo. Yo sé que tengo una voz, y la quiero utilizar para causas que me preocupan. Una de ellas es la forma en la que usamos la tecnología. Nuestros hijos están acostumbrados a consumirla, pero no a crearla. Todo el mundo habla de algoritmos, pero muy pocos saben realmente qué son.
Soy madre y empresaria. Dirijo una productora audiovisual, y constantemente buscamos perfiles de programación e ingeniería informática. Ahí me di cuenta de que, en general, hay muchos más chicos preparados para esos roles. Y como yo soy muy pesada [risas] y me gusta rodearme de mujeres, hablé con Fran [del Pozo, director regional de code.org] y empezamos a pensar en qué podíamos hacer.
La empresaria Eugenia Silva se ha aliado con Generación Code.
Usted decidió implicarse de lleno, ¿verdad? Nada de medias tintas.
Sí, no quería hacer algo pasajero ni simplemente poner la cara. Eso no me interesa. Así que dijimos: “Vamos más allá, creemos algo propio, algo entre code.org y Eugenia Silva”. Y así nació Ellas Hablan Código. La idea es clara: inspirar y dar a las niñas la oportunidad de estudiar informática y programación. Y, ojalá, en el futuro ver y disfrutar del trabajo de esas maravillosas mujeres por todo el mundo.
¿Por qué cree que hay menos vocaciones científicas entre las mujeres y cómo podemos arreglar eso?
Porque venimos de una educación donde, aunque supuestamente teníamos libertad de elección, nunca se nos habló de ciertas profesiones. A mí nunca me ofrecieron la opción de dedicarme a la informática, por ejemplo. Se hablaba de diseñadora, abogada, notaria... pero lo de “ingeniera” siempre venía con un “es una carrera de chicos, es muy dura”.
No me gusta que me pongan límites, y tampoco quiero ponerlos yo. Mi forma de educar es muy inclusiva, muy liberal. Y me pasa igual con mis hijos, con mi sobrina Eugenia, con mi equipo de trabajo. Me gusta que estén un paso por delante. Es evidente que algo no está funcionando cuando el 46% de la población cree que la informática es cosa de chicos. No puede ser. Eso hay que cambiarlo.
Una apuesta por el talento femenino en tecnología
Su nuevo proyecto becará a más de 100 jóvenes.
Ellas Hablan Código arranca con el objetivo de conceder más de 100 becas de formación para niñas y niños de entre 8 y 15 años residentes en España, iniciándoles en el mundo del código y la tecnología.
El proyecto pretende romper barreras estructurales y crear referentes reales y accesibles. En España, las mujeres con formación STEM ganan un 10% menos que sus homólogos masculinos, según un estudio de Amazon y Generación Code. Además, muchas niñas siguen teniendo una baja percepción de sus propias capacidades tecnológicas, como señala el último informe de ESADE.
Al principio de la conversación usted decía que sentía una gran preocupación por la tecnología y, además, lo decía como madre. ¿Cuáles son los límites que pone a sus hijos?
Ellos no tienen redes sociales. Tienen 11 y ocho años, pero es obvio que en su colegio hay un uso de pantallas y un uso de la tecnología. Lo que quiero es que se haga un buen uso de esa tecnología. Hoy no podemos pretender que estudien como estudiábamos nosotros. Es inevitable. Pero sí que creo que es muy beneficioso que sepan el porqué y cómo.
Ayer mismo, por la tarde, mi hijo estaba programando, estaba creando. Ellos tienen unas horas determinadas para usar pantallas, pero ayer, precisamente, estaba haciendo una app, con 11 años. Él la tiene ya en la cabeza, sabe lo que quiere crear.
¿Se puede saber de qué trata esa app?
Pues no, porque si no, me la plagias (risas). O sea, él está trabajando en esa tecnología de la que ha hecho uso. Ha estado enredando en code.org, ha venido, le han enseñado, ha hecho programación... Además de la programación que aprende en el colegio, lo que él escucha.... No está haciendo una aplicación para juegos, es para trabajar. ¿Cómo le voy a negar eso?
Yo creo que hay un error de base y es que pensamos que la tecnología es mandar emails y estar conectados a Instagram. La tecnología da opción a ser creativos, a pensar en 3D. Yo lo veo con mi hermano, que es arquitecto. También lo veo en lo que hacemos nosotros desde la productora. La tecnología es maravillosa, pero hay que saber utilizarla y aprender.
Desde fuera usted siempre ha transmitido determinación y seguridad. ¿Con qué inseguridades lidió en la adolescencia?
Es difícil porque en mi adolescencia nadie imaginaba cómo sería el mundo actual. Pero sí me hubiera gustado tener más información. He hecho programación con Code.org y me lo he pasado genial, incluso aprendiendo con Minecraft. Me hubiera encantado descubrir esto a los 13 años. La información es poder, y yo quiero estar aquí para inspirar y dar acceso a esa información a las niñas y niños.
¿Y cómo cree que impactará en la sociedad este proyecto en los próximos cinco o diez años?
La tecnología avanza muy rápido. Y Ellas Hablan Código también lo hará.
[Fran del Pozo, director regional de code.org, añade:]
“Eugenia es un referente para muchas niñas. La moda y la belleza también están llenas de tecnología: desde la fabricación hasta el diseño. Y mostrar ese otro lado de la moda puede abrir muchas puertas. Este es un proyecto inclusivo que va más allá de España; también tendrá presencia en Latinoamérica”.
El proyecto, entonces, tiene carácter internacional.
Es muy internacional, porque esto no es solamente se queda en España. También estamos hablando de Latinoamérica, con lo cual, al final, las conexiones pueden ser infinitas. ¿Qué espero yo de esto? Pues espero que consigamos muchos fondos porque queremos dar al menos 100 becas este año para clases de programación y bootcamps.
Y, sobre todo, que la gente esté informada y que le apetezca. Lo hablaba con Karlie Kloss, que es otra compañera mía involucrada en esto de code.org. Y ella y yo somos un poco niñas repelentes, como dice ella, nerds (risas). Porque a veces está como mal visto: querer informarse, querer formarse, querer aprender y seguir estudiando…
¿Qué espera de esta iniciativa a largo plazo?
Espero que consigamos muchos fondos. Este año queremos dar al menos 100 becas para clases de programación y bootcamps.
"Con Ellas Hablan Código queremos despertar vocaciones", afirma Silva.
Con la irrupción de la inteligencia artificial y con el avance tan rápido de la tecnología, ¿cómo cree que será el mundo de las máquinas y también el de la moda, que es el suyo, en 2045, dentro de 20 años?
La verdad es que lo estamos viendo. Yo lo estoy viendo ya en las producciones. Siempre echamos algo de mano de la IA. Ya se piensa incluyendo a la inteligencia artificial. Pero hay un problema, hay un mito de quienes piensan: “¿Para qué voy a estudiar programación o informática si ya lo hacen las máquinas?” Eso es un error porque esas máquinas necesitan ser guiadas. Tú necesitas saber programación, necesitas saber informática para hacer el mejor uso posible de esa inteligencia artificial. A mí no me da miedo la inteligencia artificial porque va a ir evolucionando.
Quiero que se haga un buen uso de ella. Es como… “¿Para qué vamos a estudiar matemáticas si hay calculadoras?”. Bueno, pero es que le tendrás que saber preguntar a la calculadora qué es lo que quieres que haga. Lo mismo con la programación. Deloitte, uno de nuestros compañeros de viaje, han hecho unos estudios muy claros, donde se ve que la gente tiene muchos mitos que son totalmente irreales sobre la programación.
¿Le gustaría conocer a las niñas (y niños) que reciban las becas?
¡Claro que sí! Me encantaría. Estoy deseando.
¿Y qué podría aprender de ellas?
¡Todo! Me encanta rodearme de talento joven. Me llena y me inspira. ¿Sabes lo que puedo aprender de estas 100 niñas? ¡De todo! Son creativas, inquietas… La que más gana aquí soy yo.
¿Le gustaría que alguna de esas niñas acabara trabajando con usted en su productora?
¡Por supuesto! Sería un orgullo. Trabajo con muchas personas que empezaron como asistentes y ahora son estilistas jefes, por ejemplo. Mujeres que han venido del grupo Condé Nast... No hay nada más bonito que ver cómo crece el talento.