"He aplicado a muchísimas ofertas de trabajo y en ninguna han seguido con mi proceso de selección. De hecho, la mayoría ni contestan". Paula –nombre ficticio para una mujer de 48 años– lleva en búsqueda activa de empleo desde el 12 de diciembre, día en el que, "por una reestructuración de empresa", la despidieron de su antiguo puesto.
Se dedica al sector de la comunicación, que si bien es uno de los más complicados para hacerse un hueco, la cosa se tuerce aún más cuando cumples con estas dos características: ser mujer y acercarte a los 50. Pero como Paula hay muchas más.
Según la última cifra proporcionada por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), fechada a enero de 2025, la cifra de parados en España es de 2.599.443 personas, de las cuales 1.563.431 son mujeres. Y si tenemos en cuenta la edad, 912.789 tienen o son mayores de 45 años, lo que representa un 58,4% del total.
Pero aunque esté parezca el peor escenario posible (y ciertamente lo es), el problema va mucho más allá de la cola del paro. Según Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal, el 56% de las mujeres está pensando en cambiar de trabajo, frente al 48% de los hombres. ¿Los motivos? Desgraciadamente, los de siempre: pocas posibilidades de ascenso a puestos de liderazgo, falta de conciliación y un salario inferior.
La edad, un hándicap
Aunque pueda parecer que la edad no entiende de sexos, lo cierto es que, en lo que al mercado laboral se refiere, sí que hay distinciones entre hombres y mujeres. "Yo lo he notado muchísimo", afirma Paula. Y es que, desde que se quedó en el paro hace tres meses, aún no ha hecho ni una sola entrevista.
Rosario Sierra apunta a que, aunque esta tónica sea la general entre ellos y ellas, "sí que existen ciertos estereotipos edadistas y un sesgo inconsciente de género a la hora de seleccionar un candidato". "Y esto, para las mujeres, se acaba convirtiendo en un hándicap", añade.
El mercado cada vez es más exigente, y a una dilatada experiencia y una buena formación se añade un nuevo requisito: ser joven. "Ya hay ofertas donde directamente te ponen un rango de edad, normalmente hasta los 35 años. Entonces claro, yo me pregunto '¿es que ya no estoy en edad de trabajar?'. Aún no puedo jubilarme, pero tampoco puedo acceder a un puesto. Es frustrante", confiesa Paula.
Un escenario "preocupante"
La frustración de Paula es igualmente compartida, ya no solo por las desempleadas, sino por las mujeres que ahora mismo se encuentran dentro de la población activa. Según Sierra, esto se debe a que "se encuentran en un trabajo que no cumple con sus expectativas a nivel salarial, no cuentan con oportunidades de crecimiento laboral y tienen dificultades para encontrar el equilibrio entre vida personal y profesional".
Para la directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal, se trata de un escenario laboral "preocupante", y asegura que se trata de algo que ya "trasciende a lo social". "Parece que hemos avanzado mucho, pero la realidad es que las cifras descienden cada año. En 2022 había más mujeres en puestos de liderazgo de las que hubo en 2024, que tan sólo representaron un 34%. Además, la desigualdad salarial sigue latente", afirma.
Y Paula, bajo su experiencia, lo confirma. "En mi antigua empresa contrataron a un compañero para aumentar el equipo. Él era junior y yo senior pero, aun así, al cabo de unos meses pedí una subida de sueldo que no me concedieron, pero a él sí, y fue sólo porque era un hombre", sentencia.
Estas cuestiones, que constituyen una base de desigualdad de oportunidades, encuentran también su reflejo en pequeños gestos, quizá algo más banales, pero que forman igualmente parte de la problemática global que hay en torno a las mujeres y el empleo. Y es que son ellas las que se erigen como las mayores víctimas del ghosting. Un 48% jamás recibe una respuesta –ni positiva ni negativa– después de postularse como candidata a una oferta, frente al 39% de los hombres, según apunta Sierra.
Mejores políticas laborales
"He pensado hasta en cambiarme de sector, sacarme unas oposiciones... porque, de momento, veo que esto va para largo". Como Paula, son muchas las mujeres que piensan en tirar la toalla y desistir. Sin embargo, Rosario Sierra hace un llamamiento a unas "mejores políticas laborales" para evitarlo.
"Somos la mitad de la población mundial, y necesitamos políticas acorde a ello. Ya hay cosas que se están dando, a niveles de administración y consejos, como que el 40% de los integrantes deban ser mujeres. Esto repercutirá y traerá muchos beneficios en la vida de las mujeres, reduciendo, en primer lugar, la brecha salarial", asegura.
Por último, la directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal hace referencia a la importancia de que las mujeres tomen puestos de liderazgo en "sitios de poder". "A medida que vayan entrando donde se les permita tomar decisiones, la cuestión del empleo se mirará de una manera muchísimo más justa, paritaria y diversa", finaliza.