Una mujer busca una compensación y una disculpa después de que un guardia de seguridad llamara al timbre de su habitación en el hotel All Seasons de Hohhot, en la provincia de Mongolia Interior, al norte de China, para entregarle un plato de frutas. Después de que la huésped se negara a abrir la puerta, el hombre deslizó la tarjeta para entrar. Los hechos ocurrieron el pasado 10 de enero a las 11:40H de la noche.

La mujer, de apellido Wang, se encontraba en aquel momento ya acostada en la cama y con las luces apagadas. Cuando se dio cuenta de que un desconocido había entrado a su habitación no paró de repetirle: “¿Qué estás haciendo? No lo necesito”. Tan solo estaba la luz del baño encendida, por lo que no pudo ver bien su rostro. Pasaron 30 segundos hasta que el hombre decidió abandonar la habitación. 

Cuando Wang se quejó del asunto en la recepción del hotel, los empleados afirmaron no estar al tanto de la entrega de la fruta, algo que la asustó más. Tras regresar a su habitación, decidió llamar a sus familiares y amigos para tranquilizarse. “No me atreví a colgar el teléfono”, contó a Red Star News, un medio de comunicación local de Chengdu.

Entrada del hotel All Seasons de Hohhot (China) Baidu

 

Veinte minutos después, un compañero de trabajo se acercó al hotel para acompañarla a hacer el check out y, sobre las 00:20H, ambos abandonaron el hotel. Wang contó que después de los sucesos tuvo dificultad para conciliar el sueño y estuvo varias noches en vela. “Estuve llorando sin parar por el miedo”, relató. 

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A través de un proceso de denuncia, Wang pidió al hotel una compensación económica —de 20.000 yuanes (aproximadamente 3.000 euros), según ha informado el diario South China Morning Post de Hong Kong— y una disculpa pública por los hechos. Además, exigió el despido del guardia de seguridad que entró en su habitación de noche. 

El dueño del hotel, un hombre de apellido Zhai, afirmó después que la entrada tardía del guardia a la habitación fue un malentendido y rechazó la demanda de Wang. El personal del hotel defendió que después del final del turno del departamento de limpieza, las tarjetas llave de las habitaciones pasaban a manos del personal de seguridad. Ese día, el personal había tenido una cena y por eso se entregaron tarde los platos de fruta, algo común en los hoteles de China. 

Aun así, ante la denuncia, el hotel admitió que había manejado mal la situación y esperaba que Wang reconsiderara su petición para evitar el despido de los guardias de seguridad. Más tarde, el día 15, otros miembros del personal del hotel acusaron a Wang de extorsión y recordaron que la mujer no avisó a la policía. 

Wang se defendió afirmando que la situación le sobrepasó. “Estaba en un estado de mucho miedo en aquel momento, temía que se vengaran. Por eso no llame a la policía. Solo contacté con mi familia y amigos”, señaló Wang en declaraciones recogidas por Jiupai News.