Murcia

Cuando la pequeña Beatriz tenía algún problema con las Matemáticas recurría a su padre, Servando Miguel, maestro mecánico matricero. Aquellas dudas del colegio son hoy una anécdota para Beatriz Miguel Hernández: doctora en Ciencias Químicas y primera mujer en acceder al máximo cargo de gobierno de una universidad politécnica en España.

"Soy la única mujer en una Politécnica, pero no me siento sola porque por mi forma de ser y mi carrera, siempre me he relacionado en un mundo de hombres, cuando estaba en la Autónoma de Madrid formaba parte de un grupo de investigación donde era la única chica, con lo cual, mi relación es fluida con los rectores de las otras Politécnicas de Madrid, Cataluña y Valencia", zanja con rotundidad Beatriz Miguel Hernández, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena.

Esta madrileña es pura determinación y eso la ha llevado a romper un ‘techo de cristal’ en el ámbito universitario, convirtiéndose en rectora de la UPCT. Un hito que no ha pasado desapercibido para el jurado del Premio 8 de Marzo que cada año convoca la Consejería de Mujer -que ostenta Isabel Franco- y que ha acordado conceder a Beatriz Miguel Hernández el galardón: ‘Mujer Murciana que haya destacado de forma eminente en cualquier ámbito de la vida social, cultural, política y económica’.

- ¿Hay muchos ‘techos de cristal’ para la mujer en el mundo académico?

- Depende de las áreas, pero yo no hablaría de ‘techos de cristal’, sino más bien de un reparto diferente por áreas. Por tradición, por ejemplo, en la Universidad Politécnica de Cartagena el número de alumnas no supera el 28%, frente al 72% de los alumnos, y cuando pasas al nivel de profesoras pues sólo somos un 20%. También hay pocas catedráticas. Creo que en el mundo académico hay una cuestión de preferencias y las ingenierías, por lo general, no atraen a las mujeres.

- ¿Por qué motivo las mujeres no se interesan por los grados de ingeniería?

- No es una cuestión de universidades. Se trata de un problema mucho más amplio que empieza desde los niveles escolares, donde creo que no ayuda que se abandonen las Matemáticas. En el momento en que una niña, con 12 años, dice que las Matemáticas no son lo suyo, ya ha abandonado todas las carreras científicas y tecnológicas. Creo que eso es algo que nos tendríamos que replantear como sociedad. Además, hay otro problema en el mundo laboral: deberíamos reflexionar si las mujeres no quieren ser ingenieras porque la imagen que se ofrece no es muy femenina.

- Entonces, ¿usted por qué escogió la carrera de Química Cuántica?

- Mis profesores de Bachillerato fueron fundamentales para tomar esa decisión. En particular, Mariano, mi profesor de Física y Química en segundo en el instituto Isabel la Católica de Madrid. Su asignatura daba respuesta a algunas de mis inquietudes y llevaba además muchísimo aparato matemático. Las ciencias siempre me han gustado.

- ¿Cree que este tipo de premios -con motivo del 8 de marzo- son realmente útiles para reivindicar la igualdad de género o sólo sirven para hacer un brindis al sol por la igualdad una vez al año?

- Me gustaría que no fuesen necesarios y que la igualdad no tuviera que ser noticia porque ya existiera, pero como no estamos en ese punto, considero que sí que es necesario forzar esa igualdad a través de unos premios para que exista una conciencia social. Creo que son unos premios simbólicos, lo que yo pueda aportar a la igualdad, evidentemente, va a estar en mi trabajo y en mi día a día, más que en la foto de un premio.

La rectora Beatriz Miguel, presidiendo el Consejo de Gobierno, rodeada, a su izquierda, de la secretaria del equipo de dirección, Rosa Badillo, y a su derecha, de la vicerrectora de Investigación, Catalina Egea. UPTC

En las últimas dos décadas, ese día a día al que alude Beatriz Miguel Hernández (Madrid, 1966), ha estado ligado a la Universidad Politécnica de Cartagena. Allí ha desarrollado una intensa labor docente en el área de Ingeniería Química y también ha dado muestras de sus grandes dotes investigadoras, como autora de varias patentes, colaborando en trabajos sobre dispositivos de seguridad en tractores, obteniendo financiación del Ministerio de Defensa para estudiar las propiedades mecánicas de una síntesis de grafeno...

- ¿Cómo acabó esta madrileña por territorio murciano?

- Por mi marido, Adolfo. Lo conocí en el Congreso de Químicos Teóricos en Expresión Latina que se celebró en 1987 en Peñíscola. Fue un congreso muy curioso porque eran países latinos, pero luego estaban reconocidas todas las lenguas, con lo cual, daban charlas en italiano, rumano, inglés... Cuando seguimos adelante y decidimos casarnos, apostamos por tratar de compatibilizar vida profesional y personal. Yo estaba en la Universidad Autónoma de Madrid y él en la Universidad de Murcia como catedrático de Química y Física. Probé en Alicante, luego me vine a la de Murcia con una beca productora y después acabé en la Politécnica de Cartagena.

- ¿Qué la motivó a presentar su candidatura como rectora en la Universidad Politécnica de Cartagena?

- No fue una motivación en concreto. Yo tenía experiencia en gestión porque había sido secretaria de departamento y era vicerrectora de Investigación en la Universidad Politécnica. El rector, en ese momento, decidió que no se iba a presentar y dijo que le gustaría que alguien del equipo cogiera el relevo. Algunos compañeros me animaron a que me presentase. Ahí empezó la semilla y fui hablando con gente para formar un equipo, pero fue más un proceso de asimilación y maduración que un momento concreto de tomar la decisión. Muchas veces es más importante tener alrededor a gente que cree en ti y te apoya porque eso te ayuda a superar cualquier indecisión.

- Cuando presentó su candidatura a la UPCT todavía no había comenzado la pandemia de la Covid. ¿Se arrepiente de la decisión que adoptó?

- Está siendo duro por la situación de la pandemia que influye mucho, tanto en la vida académica como en la agenda que tiene un rector, mucho más en una ciudad pequeña como Cartagena, donde la agenda social del rector es muy grande. En ese aspecto, la agenda está siendo muy diferente, pero estoy aprovechando para hacer trabajo interno de la universidad y alguna webinar. No me arrepiento porque lo hice con mucha ilusión. Es cierto que cuando preparé mi programa y empezó el proceso de la campaña electoral se tuvo que frenar por la pandemia, no estábamos en una situación tan difícil, pero adopté un compromiso con la institución y aunque la situación haya cambiado voy a seguir luchando por la Universidad Politécnica de Cartagena.

- Hablando de luchar, la próxima 'batalla' es la de la financiación, está pendiente el nuevo plan plurianual para las universidades de la Región de Murcia. ¿Cómo está ese asunto?

- Todavía no nos hemos sentado a negociar con la Comunidad Autónoma porque los presupuestos autonómicos no están aprobados, pero necesitamos mejorar nuestra financiación, al menos, en 5 millones de euros porque nuestro profesorado es joven, no hay jubilaciones, y han ido aumentando sus quinquenios, sexenios y trienios. A ello se suma otro problema, la Politécnica de Cartagena está localizada en edificios militares y el mantenimiento es caro: ahora con la Covid hemos tenido que mejorar la ventilación en algunas aulas porque son subterráneas.

Además, para paliar los estragos que está causando la pandemia a las clases presenciales en la UPCT, el equipo que dirige la rectora ha habilitado un sistema de streaming. Lo que no ha conseguido el ‘bicho’ es hacer mella en los planes que tiene para la institución esta doctora en Ciencias Químicas, que se crió en la Ciudad de los Ángeles de Madrid, y a la que le pirraba jugar a la comba y al elástico en las zonas de tierra que había entre los edificios. “El próximo curso incorporaremos el Grado de Ingeniería Biomédica a nuestro plan de estudios”, avanza Beatriz Miguel.

Unos alumnos de la UPCT programando con sus equipos un sistema de telecomunicación. UPCT

Consorcio europeo de universidades

Los otros retos que se ha marcado son ejecutar la nueva residencia universitaria de la UPCT, mediante la remodelación del antiguo edificio administrativo del Ayuntamiento de Cartagena, y ampliar la cifra de alumnos que se forman en una institución que en la actualidad cuenta con 5.361 universitarios matriculados, pero que tiene capacidad para albergar a 11.000.

Uno de los ganchos para captar estudiantes será la Universidad Europea de Tecnología: un consorcio del que forma parte la Universidad Politécnica de Cartagena, junto a otras siete universidades de Francia, Alemania, Bulgaria, Chipre, Irlanda, Letonia y Rumanía. “La idea es que con ese consorcio europeo seamos uno de los centros de atracción de estudiantes extranjeros”.

- ¿Cuáles son los objetivos de ese consorcio europeo de universidades del que forma parte la UPCT?

- Durante los próximos tres años desarrollaremos investigaciones comunes y construiremos grados conjuntos, entre las ocho universidades que formamos ese consorcio. Nuestra apuesta irá hacia titulaciones que puedan cursar los alumnos en distintos países y a la vez puedan obtener el título de su universidad y el europeo. Este proyecto es el siguiente paso al programa Erasmus que quiere dar la Unión Europea.

En la práctica, la idea es que una estudiante, por ejemplo, de Cartagena, pueda irse a hacer un año en alguna universidad de Francia, Alemania, Bulgaria, Chipre, Irlanda, Letonia o Rumanía, y que al terminar el grado tenga convalidado el título con la UPCT y con la European Universty of Technology. "Para lograr esa trasferencia de créditos, nos tenemos que sentar los ocho socios para construir grados comunes". Algunos de los títulos que podría validar el citado consorcio son Ingeniería Industrial o Telecomunicaciones.

El Consejo de Gobierno apoya en esta empresa a la rectora que, en cada sesión, aparece rodeada por la secretaria del equipo de dirección, Rosa Badillo, y la vicerrectora de Investigación, Catalina Egea. A la vista está que en la UPCT no hay 'techos de cristal' para las mujeres porque los rompió Beatriz: una investigadora, de personalidad tan poderosa como su sonrisa, que desde que el 23 de octubre de 1992 leyó su tesis doctoral en Ciencias Químicas no ha dejado de progresar en su carrera.