Los atropellos suponen un alto porcentaje en las cifras de accidentes de tráfico con víctimas mortales en todo el mundo. Es por ello que los fabricantes de automóviles ponen cada vez más empeño en desarrollar sistemas de seguridad preventiva capaces de detectar con antelación la presencia de peatones con el fin de evitar en la medida de lo posible los atropellos. 

A día de hoy es bastante común encontrar en la industria sistemas que, bien mediante cámaras o bien mediante cámaras apoyadas por radares, son capaces de identificar peatones delante del vehículo, actuando en el sistema de frenos de forma autónoma. Estos sistemas, que actualmente funcionan muy destacablemente, no son tan precisos cuando la luz escasea. 

También es cierto que hay fabricantes que han apostado, desde hace varios años, por la tecnología de visión nocturna, que mediante cámaras infrarrojas son capaces de mejorar el rango de visión del conductor. Es más, los modelos más recientes que equipan esta tecnología ya detectan, incluso, a seres vivos como personas o animales de gran tamaño. Sin embargo, esta tecnología está reservada a vehículos de muy alta gama. 

Ahora Ford, que ya cuenta con un sistema de detección de peatones sólo con luz solar, lanza al mercado una evolución de este sistema que permitirá a los conductores realizar su función en condiciones de baja luminosidad con un menor grado de ansiedad y estrés, sobre todo en vías sin iluminación. 

Y es que el nuevo sistema de Ford utiliza una cámara situada en la luna delantera combinada con la acción de un radar, trabajando de forma conjunta para anticiparse en la medida de lo posible a circunstancias peligrosas. Este nuevo mecanismo se vale de la acción de una cámara que no solo monitoriza lo que ocurre delante del vehículo, sino que además lo fotografía 30 veces por segundo

Estas fotografías son comparadas en tiempo real con una base de datos que el propio sistema lleva incorporada, y si alguna de las imágenes coincide con la forma de un peatón, desencadena una secuencia de avisos y alertas al conductor que desembocan, si éste no responde, en una acción en los frenos. 

Este sistema comenzará a verse en la nueva generación del Ford Fiesta, cuyo lanzamiento está previsto para finales de año. Posteriormente iniciará su incorporación en los nuevos modelos de la marca americana, empezando por los renovados F-150 y Mustang 2018.