Cuando no te mueve ni la comodidad de una moto en desplazamientos urbanos, ni la adrenalina de una supersport de circuito. Cuando únicamente quieres disfrutar del camino, de la conducción más pura sobre dos ruedas, las opciones del mercado actual son múltiples y muy variadas. Sin embargo, será difícil de encontrar un producto tan vintage y elitista como el que ofrece la firma The Black Douglas.

La apuesta de esta firma no es otra que la de fabricar motocicletas estilo retro, inspiradas en las que se empezaron a ver por las calles a principios del Siglo XX. Pequeños ciclomotores con más aspecto de bicis con pequeño motor de un solo cilindro y sin carenado, que lo que en la actualidad conocemos por el significado de la palabra motocicleta. The Black Douglas está dispuesta a que retrocedamos un siglo atrás y el dueño de una de sus Sterling experimente por completo lo que sintieron los pioneros del mundo de la moto.

Hasta cinco modelos distintos en los que varía la estética y alguno de los complementos y únicamente, dos versiones de motor, una con 125 cc y otra con 230 cc (erogan 12,75 y 14,10 CV, suficientes para dejarte llevar y deslizarte sobre el asfalto. Con menos de 100 kilógramos de peso en vacío y un chasis tubular, su conducción es comparable a la de dejarte llevar por la melodía de un vals.

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Con el sello de calidad británico (el chasis tubular es fabricado y ensamblado en Italia), obtenemos un producto completamente espartano, sin ningún tipo de asistencia y tecnología que puedan impedirte disfrutar de una conducción sin aditivos. No cuenta ni tan siquiera con amortiguación en ambas horquillas.

Cada elemento que hay en ella parece sacado de una máquina del tiempo muy cara. Porque a pesar de no contar con ningún tipo de lujo, su construcción artesanal y la exclusividad del diseño disparan sus precios por encima de los 10.000 euros incluso en su versión más económica, la preciosa Drayton 125 cc.