La marca inglesa ha logrado crear un modelo al que podríamos calificar como acierto en lo que respecta lograr un estilo retro de aspecto moderno. La Triumph Bonneville Bobber rompe con la sobriedad que tenía la marca habitualmente y enamora a primera vista.

Estamos ante una Bonneville T120 modificada pieza por pieza para llegar a conseguir que el nuevo miembro de la familia luzca ese estilo "bobber", muy desenfadado y extremo, con un estilo evocador de los años 40. Sin duda un modelo que será el favorito de los amantes de las customizaciones.

Si la comparamos con una T120 poco se parecen, ya que cada parte y pieza ha sido hecha de forma más sencilla y radical. Su zaga no presenta ninguna ostentación, con un simple guardabarros para la rueda, y un basculante parecido a un "hard tail", para ocultar el amortiguador bajo el asiento.

La Bobber es de asiento monoplaza, con volado de aluminio que se puede regular en longitud y altura, pudiendo adaptarse así a las medidas de cada piloto, y además poder buscar la mejor postura de conducción en conjunto con el manillar plano y las estriberas algo adelantadas.

Triumph mantiene el motor de la Bonneville para mover a esta maravilla con ruedas. Es un propulsor de dos cilindros en paralelo con refrigeración por agua, de ocho válvulas, cigüeñal calado a 270º y de 1.200 centímetros cúbicos. Para entregar su potencia de 80 CV y el par a menores revoluciones se ha optado por una configuración High Torque especial. Se ha incorporado una nueva línea de escape de acero inoxidable con el catalizador oculto y doble salida recta, y otra de de admisión nueva.

Para la suspensión se ha reducido el recorrido lo máximo posible. Las llantas son de radios cromados con los aros negros, que calzan neumáticos Avon Cobra AV71/72 en medidas 100/90R19 y 150/80R16, que le da un aspecto más gamberro.

Elementos de corte clásico pero de tecnología moderna en la Bobber, como el cuadro de instrumentos con una esfera sencilla para el velocímetro analógico y pantalla digital. A través de ella podremos seleccionar los modos de conducción Rain y Road gracias a que lleva un acelerador electrónico.

Puede parecer sacada de otra época, pero esta Triumph cuenta con lo mejor en tecnología. La Bobber lleva una ECU, control de tracción, faros LED, inmovilizador, ABS, sistema de inyección, catalizador para la normativa Euro 4, todo escondido a la vista para no romper el atractivo diseño, con un estilo puro y sin recargas estéticas. 

A Triumph le gusta cuidar los detalles y en una moto como la Bonneville Bobber estos son abundantes, incluso algo enfermizos. A los clásicos cuerpos de inyección que imitan carburadores, se suman elementos como la caja de la batería sujeta por una correa de acero, la llave de contacto en el lateral del motor, el tapón de gasolina con la cerradura oculta, el buje trasero con forma de freno de tambor, intermitentes LED con forma clásica, o los fuelles en las horquillas. 

Partiendo de este modelo, si nos parece poco para nuestro estilo hay todo un catálogo de accesorios. En total más de 150 piezas como faros, manillares, escapes o retrovisores. Las opciones para hacer la moto a tu gusto son inmensas. 

La Triumph Boneville Bobber llegará al mercado antes de verano de 2017. Llegará con cuatro acabados de pintura a escoger, en negro, bronce, granate y monocromáticos, además de una versión que combina verde y plata. El precio de partida será de 12.900 euros.