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La baliza V16 fue concebida como una solución moderna para mejorar la seguridad en carretera y sustituir a los triángulos de emergencia, pero su eficacia en situaciones reales empieza a ser cuestionada. Tras ponerla a prueba en distintos escenarios, Eduardo, analista especializado en automoción, resumió su experiencia de forma contundente al advertir que el dispositivo no solo no cumple lo prometido, sino que puede llegar a suponer un peligro añadido para los conductores.

Una prueba en carretera que dejó al descubierto sus fallos

Durante su análisis en su canal Eduardo Arcos, el experto explicó que uno de los principales problemas de la baliza V16 es su escasa visibilidad, especialmente en tramos con curvas. Según señaló a través de un video captado por el mismo, el dispositivo no se detecta con la suficiente antelación cuando la carretera no es recta, justo en contextos donde la señalización temprana resulta clave para evitar accidentes.

Añadió que la intensidad de la luz tampoco es tan elevada como muchos conductores creen. Su eficacia depende en gran medida de las condiciones de la vía y del entorno, lo que provoca que, en determinadas situaciones, la baliza pase prácticamente desapercibida para los vehículos que circulan cerca.

Críticas a la tecnología y a su regulación

El analista también cuestionó el enfoque con el que se ha regulado el uso de la baliza. A su juicio, el dispositivo es un ejemplo de lo que ocurre cuando se legisla sobre tecnología sin un conocimiento profundo de su funcionamiento real en carretera. Eduardo afirmó que la acumulación de fallos convierte a la baliza en una solución poco fiable en situaciones de emergencia.

Además, reconoció que la obligatoriedad del sistema despierta sospechas entre algunos especialistas, al considerar que las razones que justifican su implantación podrían no estar centradas exclusivamente en la seguridad vial, sino en otros intereses ajenos a la experiencia del conductor.

Qué establece la DGT sobre la baliza V16

La Dirección General de Tráfico estableció la baliza V16 como sustituta de los triángulos con el objetivo de reducir el riesgo de atropellos, evitando que el conductor tenga que abandonar el vehículo en caso de avería o accidente. En los próximos años, solo serán válidos los modelos conectados, capaces de enviar la ubicación del coche a la plataforma de la DGT en tiempo real.

Mientras la normativa avanza hacia su aplicación definitiva, pruebas como la realizada por Eduardo han reabierto el debate sobre si la baliza V16 cumple realmente con su función en condiciones reales de circulación o si, por el contrario, necesita una revisión profunda antes de convertirse en un elemento obligatorio en las carreteras.