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Las jornadas en el transporte de animales vivos han cosechado gran “fama” en el gremio por alto grado de complejidad, ocasionando que cada vez más conductores se planteen la posibilidad de cambiar de mercancía. Tal es el caso de Manu, del canal de YouTube Manu Trucks, quien, a través de una grabación de uno de sus viajes dejó en claro las grandes dificultades a las que se enfrentan sus compañeros y colegas.

Manu Trucks y el punto de partida de dos días de ruta

Manu grabó el inicio de dos jornadas en las que retomaba el trabajo tras una semana de parón y varias intervenciones en taller. Explicó que había realizado revisión, cambiado el compresor de aire por kilometraje, limpiado y engrasado la quinta rueda y renovado la manguera amarilla.

Señaló que, tras arrancar de nuevo, le esperaban “dos días largos”, con desplazamientos previos a la primera carga y tiempos obligatorios de descanso en ruta.

El conductor detalló también los preparativos antes de enganchar el remolque asignado. Comentó problemas habituales: piezas rotas, ajustes mal hechos, frenos que debía comprobar manualmente y elementos del remolque deteriorados.

Describió el estado del equipo que le tocó utilizar y recordó cómo, un año antes, ese mismo remolque estaba en condiciones muy distintas cuando él lo llevaba, lamentando que otros conductores no lo hubieran conservado igual.

Las cargas, los accesos y el tiempo perdido entre granjas

A medida que avanzaba la jornada, Manu relató la llegada a las distintas granjas, los pesajes sin ticket disponible y las complicaciones para circular por caminos estrechos donde debía maniobrar entre furgonetas y accesos complicados. Señaló que estos recorridos en zonas rurales exigían paciencia, especialmente cuando los vehículos de paso no facilitaban la circulación pese al espacio disponible.

Una vez en la primera granja, comentó la necesidad de hacer fotos por falta de papel en la báscula y describió cómo el remolque, al estar sobre terreno irregular, no permitía cerrar el techo con normalidad.

Explicó que algunos modelos funcionaban bien en países donde las granjas estaban en terrenos planos, pero en España no siempre ocurría así y eso generaba retrasos o maniobras adicionales.

Los errores en las guías y el impacto directo en la jornada

El conductor narró que, en la primera carga del día, esperaba entre 140 y 150 cerdos, pero finalmente solo había 104. Aclaró que este tipo de errores no dependían de él y que, en consecuencia, el resto del viaje quedaba condicionado a las cifras disponibles en la siguiente granja.

Señaló que, aun así, pensó que circularía “bastante liviano”, hasta que en la segunda granja descubrió el error contrario: la guía estaba emitida para 100 cuando solo correspondían 40 o 60 animales.

Manu relató cómo estas equivocaciones alteraban por completo la planificación. Explicó que debía recorrer caminos estrechos, identificar entradas poco señalizadas y llegar a granjas que recordaba más cercanas de lo que eran en realidad. Afirmó que estas distancias adicionales, sumadas a la doble carga en distintos puntos, hacían el día “más largo de lo que tenía que ser”, algo que según dijo llevaba a muchos conductores a descartar el transporte de animales vivos.

El cansancio, la noche y la disponibilidad al límite

Tras completar todas las cargas, Manu retomó la ruta hacia el matadero y comentó que el día se hacía especialmente pesado al coincidir con la caída de la noche. Explicó que la llegada al destino se demoró y que la jornada alcanzó casi las 15 horas de disponibilidad.

Señaló que, aun cumpliendo los procesos de descarga y lavado, necesitó cinco minutos extra de conducción para volver a casa, encadenando así dos días consecutivos con diez horas de volante cada uno.

Ya en el tramo final, reflexionó sobre la dureza del oficio. Aclaró que estos viajes acumulados, con rutas nocturnas, caminos complejos y múltiples cargas repartidas, eran precisamente lo que hacía que muchos conductores “se lo piensen dos veces” antes de entrar en el transporte de animales vivos.