Importar coches desde Alemania se ha puesto de moda, pero no siempre por los motivos que la gente imagina. Así lo detalla Guillermo, propietario de EG Prestige Cars, en una charla en el pódcast Zona Boxes, donde explica que el perfil del comprador ha cambiado y que el mercado alemán funciona con una transparencia poco habitual en España.
Según su experiencia, hay que romper el mito de que importar equivale a “ahorrar dinero”, porque en la mayoría de los casos el cliente termina pagando más por acceder a un coche muy concreto y en mejor estado que las unidades que encuentra en el mercado nacional.
El cliente de importación ya no busca precio: busca una unidad exacta
Guillermo explica que su empresa trabaja con pedidos muy específicos. El cliente diseña el coche que desea, elige colores, extras, configuración interior y nivel de equipamiento, pero sin asumir el coste de un vehículo nuevo. Esa personalización tiene un precio, y por eso afirma que solo un 2% de las importaciones que gestiona se hace por ahorro: “La mayoría acaba pagando más que por una unidad similar en España”.
El motivo, según él, es que Alemania ofrece una oferta más amplia y con extras difíciles de encontrar aquí. “Si quieres un M4 verde, en España igual no aparece ninguno. En Alemania tienes diez para elegir”, resume. Por eso el comprador habitual no es quien busca una ganga, sino quien necesita un vehículo muy concreto y quiere asegurarse de que el coche llega tal y como lo ha pedido.
La diferencia clave entre comprar en España o Alemania: el nivel de cuidado y la transparencia
Guillermo insiste en que su servicio no se basa en vender un coche concreto, sino en revisar unidades hasta encontrar una que esté realmente bien. Si una no cumple con los estándares, la descarta sin dudar: “Si está mal, no te lo bajo”. Envía mediciones de pintura, informa de reparaciones y avisa al cliente si algo no encaja.
En Alemania, asegura, los concesionarios ofrecen la información sin rodeos. Si un coche tuvo un golpe, lo dicen desde el primer momento, muestran facturas y detallan la reparación. Incluso si el precio es firme, el vendedor enseña el historial completo y no oculta nada.
En España, lamenta, la realidad es otra. “¿Cuántas veces te dicen que está perfecto y cuando llegas descubres que tiene repintados por todas partes?”, comenta.
“No se trata de buscar el chollo, sino de encontrar exactamente lo que quieres y asegurarte de que está en el estado correcto”, agrega.
