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La industria del automóvil atraviesa un momento decisivo, con transformaciones tecnológicas aceleradas y un mercado que ya no perdona los errores. En este contexto, varias marcas históricas parecen haber perdido pie por decisiones cuestionables, falta de inversión o estrategias incapaces de adaptarse al futuro. Así lo describe Máximo, especialista en coches del canal, Garaje Hermético, quien expone sin rodeos los factores que podrían llevar a estas firmas a un camino sin retorno.

Las marcas que, según Máximo, están más cerca del precipicio

Aston Martin

Máximo señala a Aston Martin como un ejemplo clásico de mala gestión financiera. Recuerda que la marca “ha estado en quiebra siete veces” y asegura que continúa quemando dinero a un ritmo insostenible. Critica su apuesta por la Fórmula 1 como escaparate publicitario mientras sus cuentas se desploman y afirma que su plan de electrificación ha sido “errático”. Si no encuentran un modelo de negocio viable, advierte, la próxima quiebra “puede ser la definitiva”.

Chrysler

Para el experto, Chrysler es “muerte por inanición”. Explica que la marca, históricamente una de las grandes de Detroit, ha sido abandonada por sus sucesivos propietarios, hasta el punto de reducir su gama a un solo modelo relevante. Máximo sostiene que “una marca no puede sobrevivir sin coches que vender” y ve su futuro eléctrico como una reacción tardía tras años de negligencia.

DS Automobiles

Aunque admite que la idea inicial le parecía prometedora, Máximo acusa a DS de “soberbia corporativa”. Considera que separar DS de Citroën para competir con Audi fue un error estratégico porque “olvidaron lo más importante: el producto”. Resume su crítica en una frase dura: “Un DS es poco más que un Peugeot o un Citroën con cromados y un precio más caro”. Para él, el mercado simplemente “no se lo ha comprado”.

Fisker

Fisker, actualmente en bancarrota, es para Máximo el ejemplo del fracaso de ciertas startups eléctricas. Describe el Fisker Ocean como un producto “plagado de problemas de software y fallos de calidad”. Señala que lanzar un coche “a medio hacer” y esperar que los clientes actúen como beta testers es un error imperdonable. Su desplome, afirma, era “inevitable y merecido”.

Infiniti

El experto llama a Infiniti “el fantasma del sector”. Considera que la marca nació para competir con Lexus y Acura, pero lleva más de una década sin rumbo. Denuncia la falta de inversión, la gama envejecida y la retirada silenciosa de Europa como señales de abandono. Para él, Infinitise marchita sin que nadie la eche de menos”.

Jaguar

El caso de Jaguar es, a su juicio, uno de los más dolorosos. Critica la decisión de cesar toda la gama actual antes de tener listos los nuevos modelos eléctricos, lo cual ha dejado concesionarios “vacíos, sin coches que vender”. Califica la estrategia como “una arrogancia sin límites” y cree que, si sus futuros eléctricos no triunfan, la marca no tendrá nada a lo que agarrarse.

Lancia

Máximo define a Lancia como “la bella durmiente”, pero recuerda que lleva tanto tiempo dormida que “quizá está en coma”. Denuncia que durante más de una década solo ha sobrevivido con un modelo antiguo vendido en un único mercado. Aunque hay un plan de renacimiento, advierte que podría repetirse el error de DS: vender un modelo eléctrico que no aporta nada único.

Lucid Motors

Otra startup eléctrica que, según el experto, avanza hacia un destino incierto. Aunque el Lucid Air ofrece buena eficiencia, Máximo recalca que la marca pierde “cientos de miles de dólares por coche” y depende totalmente del fondo soberano saudí. Lo describe como “una empresa artificialmente sostenida” sin un modelo viable.

Wey y Ora

Como ejemplo de marcas chinas que no lograrán consolidarse, Máximo menciona a Wey y Ora, ambas de Great Wall Motor. Considera que su llegada a Europa ha sido decepcionante, con precios de premium sin ofrecer un producto acorde. Según él, representan la “arrogancia” de quienes pensaron que el mercado europeo sería sencillo, cuando en realidad es uno de los más competitivos del mundo.