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El mercado de la segunda mano en España atraviesa uno de sus momentos más tensos. Lo que antes eran compras lógicas y relativamente económicas se ha convertido en una búsqueda compleja, donde los precios se han disparado y las buenas unidades cada vez son más difíciles de encontrar. En este contexto, Santi, empresario especializado en importación, revisiones y compraventa, lleva años alertando de los cambios que está viviendo el sector. Y lo resume con una frase contundente: “Hay coches de 2017 que valen más de segunda mano de lo que costaban nuevos”.

Un mercado desajustado donde comprar “a precio de internet” ya no existe

Santi explicó, en una charla en el canal de YouTube Al Corte, que el incremento generalizado del coste del vehículo nuevo ha arrastrado el precio del usado a niveles que hace una década parecían impensables. Comentó ejemplos muy claros: coches urbanos que se vendían por 7.000 u 8.000 euros antes de la pandemia ahora superan fácilmente los 10.000 o 12.000 euros con más de 100.000 kilómetros. 

Y no es un caso aislado. Señaló también modelos como compactos, berlinas y furgonetas que han duplicado su valor, dejando al comprador medio en una situación complicada: “Es difícil explicarle a un cliente que hoy un coche de segunda mano vale 30.000 cuando antes lo compraba nuevo por ese precio”, afirmó.

Una parte importante del problema, explicó, es que muchos usuarios intentan comprar con el mismo presupuesto que tenían hace diez años, pero el mercado ya no responde a esa realidad. Según indicó, el valor del usado no lo fija el vendedor, “lo pone el mercado”, y eso ha generado situaciones insólitas como la revalorización del Fiat Tipo, el Kia Picanto o algunas furgonetas de trabajo, donde unidades modestamente equipadas producen beneficios inesperados a quienes las adquirieron antes del COVID.

Santi insistió en que esta subida no es casual: afecta al transporte, a profesionales que no han visto aumentar sus ingresos y a compradores que necesitan un coche para trabajar, pero que solo pueden acceder a unidades con más desgaste, más kilómetros y peores historiales.

La falta de mantenimiento: el enemigo silencioso de la segunda mano

Más allá del precio, uno de los puntos que más preocupa al empresario es la ausencia de cultura de mantenimiento en España. Comentó que en el transporte profesional apenas se revisan los vehículos por falta de tiempo o de disponibilidad en talleres, y que esto provoca averías graves en motores, cajas de cambio o sistemas AdBlue. “En España no hay cultura del mantenimiento”, repitió en varias ocasiones.

Alertó, además, del auge de prácticas como la anulación del AdBlue, que calificó de error grave. Explicó que la Guardia Civil ya realiza inspecciones en carretera y que, además de las sanciones, las anulaciones mal hechas están rompiendo motores: “Hemos visto furgonetas con motores destrozados por anulaciones de AdBlue mal hechas”, advirtió. 

Al mismo tiempo, insistió en que muchos compradores no son conscientes de que las reparaciones siempre se facturan al valor original del coche: “Si ese coche costaba 40.000 euros nuevo, la reparación será a ese precio aunque tú lo hayas comprado por 3.000”, ejemplificó.

Según su experiencia, uno de los grandes errores del comprador es dejarse llevar por la emoción. Señaló que la “dopamina de la compra” hace que muchos paguen sin verificar y después quieran devolver el coche porque ya no les gusta: “Comprar sin verificar hoy es un fracaso seguro”, resumió.

El comprador actual y el futuro del sector: entre la necesidad y el asesoramiento

Durante la conversación, Santi reflexionó sobre cómo han cambiado los hábitos de compra. Contó que cada vez llegan más personas engañadas por anuncios demasiado atractivos o por coches que han pasado por múltiples manos en pocos meses. 

Para él, que un vehículo tenga muchos propietarios no es el problema; lo importante es entender por qué se vende y qué historial tiene realmente. Por eso insistió en revisar el estado, no el número de dueños. También advirtió de los coches que cambian de propietario en menos de un año: “Si alguien se lo quita tan rápido, normalmente es porque han empezado a salir cosas que no puede asumir”, explicó.

El empresario señaló, además, que muchos compradores buscan “gangas” que no existen: unidades con precios por debajo de mercado que esconden golpes, revisiones pendientes o averías caras. Y recordó que los grandes grupos de compraventa no revisan cada coche al detalle: “Ellos lo han comprado por 25 y lo van a vender por 26.500; si sale bien, bien, y si no, que la garantía responda”, afirmó.