Redacción
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La pérdida de su abuela impulsó un proyecto único en Europa, Granborghini, que transforma la tristeza en una acción solidaria con superdeportivos y coches que llevan compañía a mayores aislados por la soledad.

Esta iniciativa ofrece paseos que cambian el ánimo de personas vulnerables, crea momentos de afecto y produce un impacto social real.

Del duelo personal a una iniciativa social con superdeportivos

La historia de Granborghini se origina en una tragedia que transformó la vida de Mark Cody, cuando su abuela se quitó la vida durante la pandemia. A raíz de ese trágico hecho, creó un proyecto dedicado a combatir la soledad de las personas mayores.

La idea surge como homenaje a una promesa pendiente con su abuela y se convierte en una estructura organizada que une a dueños de coches exóticos con personas mayores que buscan compañía.

El impulso emocional se refleja en las palabras del propio Cody, quien explica en diálogo con la BBC: "Le había prometido que la llevaría de paseo en un Lamborghini y la oportunidad nunca llegó, por lo que pensé que me gustaría ser capaz de evitar que nadie pase por la situación que sufrió mi abuela".

Los propietarios actúan como un enlace fundamental, ya que sus coches permiten que cada participante viva un momento único.

Las reacciones de los mayores demuestran el efecto de estos encuentros y quedan recogidas en clips en los que expresan frases como "como una estrella de cine" o "lo recordaré para siempre y más".

Granborghini, el movimiento que cambia vidas desde el asiento del copiloto

Los dueños de los superdeportivos también relatan beneficios personales al formar parte del programa. El caso de Robin Gibbons, quien ofrece paseos en su McLaren, refleja este impacto.

Él explica: "Estos coches se compran para hacer sonreír a la gente, y para mí eso es lo que cuenta". El proyecto destaca porque rompe el uso habitual de estos coches, que suelen permanecer en garajes por miedo a perder valor.