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La industria automotriz europea atraviesa una transformación sin precedentes: las marcas chinas avanzan con fuerza y su presencia en el continente crece a un ritmo vertiginoso. Según diversos analistas del sector, España se perfila como uno de los países más expuestos a esta expansión, y en apenas dos años podría haber más de 40 fabricantes chinos operando en el mercado nacional.

Un fenómeno que avanza sin freno

De acuerdo con el experto y analista JuanFran, explicó en su más reciente video en su canal de YouTube Car Wow, que Europa vive “una situación de no retorno” ante el auge de los fabricantes asiáticos. Marcas como BYD, Great Wall Motors, Changan, Zeekr o NIO ya han establecido estructuras propias en la región, mientras otras, como Yangwang, Denza, Firefly o Avatar, preparan su entrada definitiva. 

En 2027 habrá entre 35 y 40 marcas chinas en España”, advirtió el especialista, al destacar que este proceso no es casual, sino resultado de una estrategia estatal de expansión planificada desde hace dos décadas.

Según explica, China apostó masivamente por el coche eléctrico desde los primeros años 2000, convirtiéndose hoy en líder mundial en producción, consumo y exportación de vehículos de nueva energía. El resultado ha sido una competencia interna feroz en el país, con más de 200 fabricantes que buscan sobrevivir y que, para hacerlo, han iniciado una ofensiva comercial hacia Europa con precios muy agresivos.

España, puerta de entrada del automóvil chino

En su análisis, JuanFran advirtió que España es el mercado más vulnerable a esta invasión por una razón: es el país europeo donde los consumidores muestran menor fidelidad a las marcas tradicionales. Además, denuncia el auge del modelo CKD, que consiste en importar coches desmontados desde China para ensamblarlos localmente, lo que permite sortear aranceles y reducir costes industriales.

El experto alertó también sobre el riesgo que esto supone para el empleo y la industria nacional. “Estas plantas no son fábricas reales, son talleres de ensamblaje”, señaló al referirse a los nuevos proyectos de producción en lugares como Barcelona, Linares o Zaragoza, vinculados a grupos chinos.

Un cambio que ya está ocurriendo

Los datos que expone son contundentes: en 2025, la cuota de mercado de los fabricantes chinos ya supera el 16% en España, y podría alcanzar el 25% antes de 2030. Marcas como BYD o Ebro ya venden más que históricas europeas como Opel o Citroën. “No hay sitio para todos”, resumió JuanFran, quien advierte que el continente se enfrenta a una reestructuración industrial que definirá el futuro del motor europeo.