El panorama del automóvil vive una transformación sin precedentes. Las viejas etiquetas de “made in Europe” o “made in China” han quedado obsoletas ante una nueva generación de vehículos híbridos con identidad: los llamados eurochinos. Así lo analizó Máximo Sant, creador del canal Garaje Hermético, quien considera que “una marca eurochina no es una mala idea, porque combina la tradición y la ingeniería de la vieja Europa con el músculo financiero y la agilidad productiva de China”: el Lotus Eletre.
El caso que lo resume todo: el Lotus Eletre
Aunque Sant habló del fenómeno de manera general, el modelo que mejor encarna este nuevo equilibrio es el Lotus Eletre, un SUV eléctrico de lujo que redefine el concepto de “eurochino”. Su diseño se gestó en Hethel, Reino Unido, cuna de la marca británica, mientras que su producción y tecnología provienen del gigante industrial Geely, que adquirió Lotus en 2017.
“Este coche es la demostración de que la unión entre tradición y velocidad productiva puede dar resultados sorprendentes”, señaló Sant. “Lotus no ha perdido su alma británica; al contrario, ahora tiene los recursos para reinventarse”.
El Eletre rompe con la imagen clásica de Lotus como marca de deportivos ligeros. En su lugar, propone una interpretación moderna del lujo eléctrico, con una plataforma de 800 voltios desarrollada íntegramente por Geely y una planta de fabricación robotizada en Wuhan (China). Según Máximo, “es el ejemplo más claro de cómo los chinos no solo invierten, sino que aprenden, mejoran y devuelven el legado europeo con más fuerza”.
Europa pone el diseño, China pone el ritmo
Sant destacó que este tipo de sinergias están redefiniendo la industria: “Ya no se trata de una invasión comercial. Es un movimiento sutil y brillante. Las marcas chinas han entendido que en Europa no basta con ser barato: se necesita diseño, tecnología y confianza”.
Esa confianza, explica, se construye precisamente a través de marcas con historia. Lotus, MG y Volvo son tres de los nombres que más claramente han sabido integrarse en esta nueva etapa. “El secreto está en respetar el ADN europeo y potenciarlo con la capacidad de producción y la inversión china”, resume.
En el caso del Eletre, esa mezcla da lugar a un coche que combina el refinamiento del diseño británico con la potencia de fabricación oriental. “Los europeos saben hacer coches, pero los chinos saben hacerlos rápido y a gran escala”, apunta. “Esa combinación puede ser imparable si se mantiene el equilibrio”.
El MG4 Electric, diseñado en Londres y fabricado en China, ha democratizado el coche eléctrico; y el Volvo EX30, desarrollado en Suecia pero basado en una plataforma china, se ha convertido en uno de los modelos más vendidos del continente.
Aun así, para Máximo, el Lotus Eletre sigue siendo “la muestra más simbólica de lo que está por venir”. “Hace diez años, nadie habría imaginado un SUV eléctrico británico construido en China que mantuviera el espíritu Lotus. Hoy es una realidad”.
Un nuevo equilibrio global
Para Sant, la conversación ya no debería centrarse en dónde se fabrica un coche, sino en cómo se concibe. “El Eletre demuestra que la excelencia puede venir de la colaboración. Lo importante no es la bandera del coche, sino la calidad y la coherencia del producto final”. Su visión apunta a un futuro donde las fronteras industriales se difuminan. “El automóvil del mañana será global por definición”, concluyó. “Y quizá el primer paso ya lo ha dado un coche eurochino con alma británica: el Lotus Eletre”.
