Durante años, muchos automovilistas en España han considerado que llevar la etiqueta ambiental B de la Dirección General de Tráfico (DGT)
ofrecía ciertas ventajas en movilidad urbana. Sin embargo, esta percepción ha cambiado drásticamente. Actualmente, tener un vehículo con distintivo B implica enfrentar crecientes restricciones en diversas ciudades españolas.
La etiqueta B, de color amarillo, se asigna a turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados a partir de enero de 2001 y a diésel desde enero de 2006.
Imagen de parquímetro.
Aunque en el pasado permitía cierta flexibilidad en la circulación, las políticas medioambientales actuales han reducido significativamente sus beneficios.
En Madrid, por ejemplo, los vehículos con este distintivo ambiental pueden circular por la ciudad, pero tienen restricciones en las Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP), como el Distrito Centro y Plaza Elíptica. En estas áreas, solo pueden acceder si estacionan en aparcamientos públicos o si son residentes.
A su vez, Bilbao ha anunciado que, a partir del 15 de junio de 2025, los coches con etiqueta B no podrán circular por sus Zonas de Bajas Emisiones durante los días laborables, de 7:00 a 20:00 horas. Solo los residentes tendrán una moratoria hasta finales de 2029.
En Cataluña, las restricciones serán progresivas. A partir de 2026, se activarán limitaciones para los vehículos con etiqueta B en episodios de alta contaminación, y en 2028 se prohibirá su acceso a muchas Zonas de Bajas Emisiones.
Otras ciudades, como Málaga y Palma de Mallorca, también han anunciado restricciones para estos vehículos a partir de 2027. Estas medidas reflejan un cambio en la política de movilidad urbana, priorizando vehículos menos contaminantes.
Es importante destacar que, aunque la etiqueta B aún permite cierta movilidad, sus ventajas son cada vez más limitadas. Los conductores deben estar informados sobre las normativas locales y considerar alternativas más sostenibles para evitar sanciones y contribuir a la mejora de la calidad del aire en las ciudades.