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Los desplazamientos urbanos, especialmente los trayectos cortos, se han convertido en uno de los mayores focos de consumo innecesario de combustible. Las constantes paradas, los semáforos, los atascos y los arranques frecuentes hacen que el motor trabaje de forma ineficiente y se dispare el gasto.

Sin embargo, adoptar una serie de hábitos al volante puede marcar una diferencia significativa en el consumo diario. El consumo se puede reducir hasta en un 15% según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Contrario a lo que muchos creen, no es necesario invertir en tecnología avanzada, ni cambiar de vehículo para ahorrar combustible en ciudad. La clave está, en el estilo de conducción. Y no se trata solo de ir más despacio, sino de hacerlo con mayor previsión y suavidad.

Ejemplo de precio de la gasolina. Getty Imagenes

Los expertos en eficiencia energética coinciden en, que la conducción anticipada es el mejor método para reducir el consumo en ciudad.

Esto implica evitar acelerones innecesarios, mantener una velocidad estable cuando sea posible y utilizar el freno motor en lugar del freno convencional. Otro consejo que da un entendido es apagar el aire acondicionado, el ahorro será de hasta un 12%.

En trayectos cortos, abrir las ventanillas antes de arrancar o utilizar ventilación natural suele ser suficiente para mantener una temperatura interior aceptable, especialmente en primera hora de la mañana o al final del día.

Anticiparse a los semáforos, prever las maniobras de otros vehículos y mantener una distancia de seguridad adecuada ayuda a mantener una conducción fluida y reduce las pérdidas de energía. Conocer la ruta te ayudará a ahorrar según el diestro.

Este tipo de conducción, además de mejorar el rendimiento del combustible, disminuye el desgaste de los frenos, la caja de cambios y el motor.

En recorridos urbanos, donde las condiciones de tráfico son imprevisibles, la suavidad en la conducción se traduce en ahorro y menor fatiga para el conductor.

Otro error común es mantener el motor en marcha durante paradas prolongadas, algo que ocurre con frecuencia en entregas rápidas, o al esperar a un acompañante, al igual que en un atasco, el entendido recomienda apagar el motor para ahorrar.

Al igual que tener una presión incorrecta en las ruedas, si es baja disminuirá el rendimiento del combustible en un cuatro por ciento. Así lo muestra el experto desde su video en las redes.

Esta práctica, además de innecesaria, supone un gasto constante que puede evitarse apagando el motor si la espera supera el minuto. Al igual que llevar peso de más, aumentando el gasto de gasolina en un seis por ciento.

Además, del estilo de conducción, una acción básica para el ahorro urbano es el mantenimiento clave del vehículo. Un filtro de aire sucio, una bujía desgastada o unos neumáticos con baja presión pueden aumentar el consumo entre un 5 y un 10 %.

Revisar estos elementos regularmente garantiza, de este modo, que el vehículo funcione con la máxima eficiencia incluso en recorridos cortos.