El deportista Rafa Nadal, conocido por su humildad y discreción, guarda en su garaje un auténtico emblema de sofisticación: un Aston Martin DBS V12. Más allá de su faceta como tenista implacable, esta pieza de ingeniería automotriz encarna la elegancia británica y se alinea con la personalidad reservada, pero segura, del campeón manchego.
Este coche de lujo, lanzado en 2007 como buque insignia de Aston Martin, esconde bajo su capó un motor V12 de 5,9 litros que entrega unos impresionantes 517 CV y 570 Nm de par. Su aceleración es notable: pasa de 0 a 100 km/h en apenas 4,3 segundos, con una velocidad punta de hasta 303 km/h.
Aunque es poco probable que saque partido a esos números en las carreteras de Mallorca, refleja el carácter del coche: rendimiento, elegancia y distinción. El DBS V12 no solo destaca por su potencia, sino también por su historia cinematográfica.
Fue el modelo elegido para protagonizar la secuencia de apertura de Casino Royale (2006) y Quantum of Solace (2008), donde Daniel Craig hizo rugir su V12 en persecuciones trepidantes que mostraban su verdadero potencial.El vínculo con James Bond añade una carga emocional y un aura de sofisticación que encaja perfectamente con la imagen de Nadal.
Un coche con carga emocional
Aunque el mallorquín es un gran aficionado a los coches Kia, marca de la que es embajador, su DBS representa un gusto por el motor refinado. Según su familia, adquirió este coche en 2009 pese a los consejos de optar por modelos más prácticos para Mallorca.
Sin embargo, el deportista optó por este coupé precisamente por su elegancia sutil y prestaciones sorprendentes. El Aston Martin destaca entre su colección, que también incluye un Ferrari 458 Italia, un Mercedes SL500, e incluso varios modelos de la marca Kia. No es el coche que usa en su día a día, pero sí una pieza emblemática de su garaje, representa un lujo discreto y un rendimiento extraordinario.