Si tienes un vehículo de gasolina y lo conviertes a GLP (gas licuado de petróleo) con alguno de los talleres miembro de Astrave, la Asociación de Transformadores de Vehículos, puedes recibir una ayuda de hasta 200 euros en carburante de Repsol Autogas.
¿Cómo se hace esta conversión? Se instala un kit específico y un depósito para almacenar el gas, el cual suele ubicarse en el hueco de la rueda de repuesto. De esta manera, la mecánica podrá funcionar tanto con este combustible como con gasolina.
El incentivo mencionado se podrá canjear a través de Waylet, la app de fidelización y pago de Repsol, en cualquiera de sus 434 estaciones de servicio que tengan suministro de Autogas. Los usuarios recibirán un código que tendrán que validar en la aplicación utilizando el mismo correo que tengan asociado a ella.
Para beneficiarse de la ayuda de 200 euros hay que contactar con Astrave, quien informará sobre cómo realizar la instalación del kit GLP y resolverá todas las dudas que tengan los usuarios. Este incentivo estará disponible hasta el 31 de diciembre de este año, tanto para particulares como profesionales.
¿Qué precio tiene la transformación a GLP? Esta cifra varía en función del motor, con un rango de entre 1.500 y 2.500 euros. Además, esta tecnología puede suponer un ahorro de hasta un 40% respecto a los combustibles convencionales.
Ventajas del GLP
Esta conversión puede implicar ciertas ventajas, como la obtención de la etiqueta eco de la DGT, aunque no todos los modelos de gasolina pueden adquirir dicha pegatina. Una de las condiciones es que el coche cumpla con la normativa Euro 4 en adelante, es decir, aquellos matriculados a partir del año 2006.
Por otro lado y aunque la promoción no se aplica en vehículos diésel, cabe destacar que la conversión también se puede realizar en este tipo de motores. Dicha transformación es algo más complicada y deben cumplir con la normativa Euro 6, es decir, los matriculados a partir de 2015. Como punto positivo, estas mecánicas obtienen la etiqueta eco de la DGT.
En línea con esto, cabe recordar que desde este año las ciudades con más de 50.000 habitantes deben tener una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Esto trae consigo ciertas limitaciones de circulación para la mayoría de los coches antiguos, e incluso su prohibición para entrar en dichas zonas.
Por otro lado, esta alternativa de movilidad es más respetuosa con el medio ambiente, ya que expulsa menos emisiones de óxido de nitrógeno frente a los combustibles tradicionales. Además, la instalación del kit GLP permite darle una segunda vida a los vehículos y reutilizarlos de manera más sostenible.
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