El coche eléctrico gana adeptos día a día, junto a los vehículos híbridos. Cada vez más personas se suben al carro de la movilidad sostenible. Sin embargo, todavía persiste la duda a la hora de apostar por los vehículos 100% eléctricos, principalmente por la infraestructura de recarga.

Por este motivo Alexander Heijkamp, director de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa de la multinacional holandesa Athlon decidió realizar la aventura del ‘Project Zero’. Se trataba de demostrar que se puede viajar en coche eléctrico, sin temor a quedarse sin batería. Y para ello realizó un recorrido por 14 ciudades de 11 países de Europa sin expulsar emisiones por el escape. Una aventura totalmente real.

El propio protagonista, Alexander, lo cuenta en primera persona en una reciente visita a la sede de Athlon en España, en una conversación con EL ESPAÑOL. Su pasión al conversar y su visión del futuro de la movilidad eléctrica son, sin duda, un acicate para inclinar la balanza.

En su charla con este periódico, Alexander desgrana algunas de las claves de esta firme apuesta por la movilidad eléctrica. "Para que un movimiento como el que queremos llevar a cabo tenga resultados, tienes que liderarlo. Tenemos que ser el ejemplo de una compañía que va hacia el objetivo del Green Deal de la Unión Europea, para convertirnos en el primer continente climáticamente neutral en 2050".

Alexander habla así de Athlon, una de las primeras empresas europeas de renting de vehículos para empresas, autónomos, pymes y empleados, con una flota de aproximadamente 400.000 vehículos. Su apuesta por la movilidad eléctrica es clara y de hecho, como ejemplo, en España el 35% de las matriculaciones de este año de las flotas de Athlon se ha hecho con vehículos híbridos o eléctricos 100%. Es un viaje de no retorno.

Imagen del cuadro de instrumentos marcando la distancia total recorrida.

Por eso, como responsable del área de sostenibilidad y RSC de Athlon, "tengo que liderar el movimiento dando ejemplo. No puedo conducir un vehículo de combustión y pedir a los clientes que conduzcan un eléctrico. De esta forma, el año pasado me comprometí a extender mi ejemplo de poder conducir cómodamente y de forma segura con un eléctrico y les dije a los colegas de las demás regiones de Europa, que iría a visitarles con un coche eléctrico".

"Muchos dijeron que no, que no se podía, que sería difícil… pero la realidad es que yo llevaba conduciendo un coche eléctrico durante años y estaba completamente convencido de que podía hacerlo. Y lo hice. Empecé en Londres, luego fui a Bruselas, Luxemburgo, Barcelona, Madrid, Lisboa, París, Malmö, Varsovia, Stuttgart, Roma, Milán, Düsseldorf y vuelta a Almere". En total fueron 12.000 kilómetros de viaje por el Viejo Continente.

Alexander durante un descanso en una etapa del viaje.

Pero esto no se queda ahí, los datos de ahorro en emisiones respaldan una realidad y es que el mismo viaje con coche convencional habría supuesto 1.988 kilos de emisiones de CO2. Y no solo eso, habría tenido un coste superior: 1.862 euros para un coche de gasolina, frente a los 1.152 euros que gastó Alexander con el vehículo eléctrico.

Es cierto que, al viajar con un coche de gasolina, la duración del tiempo sin parar puede ser mayor, pero la recomendación de los expertos es realizar paradas cada dos horas y media, que es lo que dura una batería de un coche eléctrico, aproximadamente cuando viajas solamente por autopistas.

Además, en palabras del propio Alexander "los vehículos eléctricos cada día son más eficientes. Hace un par de años, cuando planificabas un viaje como este, tenías que dedicarle horas a la planificación, calculando las horas de carga y cuánto tenías que parar en cada trayecto. Con los vehículos eléctricos actuales y modernos, simplemente tienes que pedirle al coche: por favor, llévame al destino y él planificará tu viaje, incluyendo las paradas para recargar la batería que sean necesarias".

Llave digital utilizada para cargar en una estación de recarga.

"Además, teniendo una pausa de unos 20/30 minutos cada 2 o 3 horas, puedes planificar lo que vas a hacer durante el tiempo que estás cargando el coche, por lo que no tiene que considerarse una pérdida de tiempo. En nuestro caso, por ejemplo, aprovechábamos para hacer reuniones online", afirma.

Por otro lado, a la hora de parar a recargar, Alexander contaba con una gran ventaja. Athlon tiene una aplicación única y exclusiva para sus flotas, Athlon Charging Solution, mediante la que el usuario puede ver todas las estadísticas del coche, que le indican cuándo tiene que parar.

Y, sobre todo, algo fundamental, conocer en qué gasolineras con puntos de carga se puede parar en tiempo real con una disponibilidad de carga rápida, ya que no todas tienen puestos de carga eléctrica. Aporta otro valor añadido: se puede usar en todos los países, lo que supone que en una única app concentras todo lo necesario para tu viaje, incluido los pagos en los diferentes puntos de recarga.

Alexander aprovechaba las recargas para descansar o reunirse con sus compañeros.

Una experiencia muy especial y un compromiso claro

"Aprendí muchísimo, pero lo realmente importante fue que inspiré a mucha gente a hacer lo mismo. En cada trayecto, pasé horas y horas hablando con gente que tenía curiosidad, que me preguntaba y al final, todo se resumía en que recorrer Europa con coche eléctrico es una posibilidad, una realidad", dice.

Como explica Alexander, esta experiencia no es solo parte del trabajo, va más allá y al compartirla, acaba influyendo a la gente que le rodea. De hecho, "en las vacaciones de verano, convencí a mi familia para hacer una ruta en caravana eléctrica. Hicimos una ruta por el sur de Francia. El primer día fuimos capaces de viajar 800 km, y como estábamos de vacaciones, las paradas para cargar durante unos 30 minutos cada 2 horas, eran muy relajantes (descansábamos, tomábamos café, jugábamos al futbol…) La gente se sorprendía porque no sabía que era posible, y se preguntaban cómo se podía hacer o si había que parar mucho para cargarla", comenta.

Alexander en una de las sedes de la empresa Athlon.

"Hay una cosa muy clara y es que los coches eléctricos no van a cambiar el mundo por sí mismos, necesitan de las personas para que el mundo cambie con ellos. Y ahí es donde nos toca entrar a todos nosotros. Tanto a Athlon, como compañía que aporta soluciones de movilidad, como a los clientes y las personas que conducen", señala.

"En Athlon tenemos un propósito claro de que en 2025, el 50% de las flotas de nuestros clientes tiene que ser electrificada (vehículo híbrido enchufable) o completamente eléctrico. Y no solo eso: estamos trabajando para establecer nuevos objetivos, y para crear una estrategia de cero emisiones para el Grupo Athlon", comenta.

"Aunque, siendo realistas, creo que cuando miras la velocidad del cambio hacia los coches eléctricos y, sobre todo, el desarrollo de sus infraestructuras, en especial, Portugal y España, estamos en otro punto más lejano de 2030", reconoce.

"Es muy necesario, porque en Europa ya se ha firmado el Green Deal, donde se decidió que todos los mercados europeos vayan a por ese desafío para ser el primer continente climáticamente neutral en 2050".

"Y para ello, tenemos que agilizar el proceso: el sistema entero cambiará, incluyendo el crecimiento de la infraestructura de puntos de carga, y los fabricantes de vehículos que finalmente dejarán de fabricar vehículos convencionales y apostarán por las bajas y cero emisiones," afirma Alexander.

Este viaje ha demostrado que un recorrido largo con eléctrico se puede realizar en Europa.

Razones de peso

"Nuestra estrategia de Sostenibilidad y RSC se divide en cinco áreas de impacto. Por un lado, la misión de sostenibilidad, que tiene dos áreas de impacto, que son la acción contra el cambio climático y la seguridad en carretera", explica Alexander.

Por otro lado, "nuestra estrategia de RSC que incluye nuestra participación con, y para, todas las comunidades donde tenemos presencia para crear acuerdos y fomentar el desarrollo del movimiento sostenible, la ‘vitalidad’ de nuestros empleados, donde nos enfocamos en ayudarles a llevar una vida más saludable, y la apuesta de crear un ambiente laboral bajo la premisa de la diversidad, la igualdad y la inclusión".

"Mi experiencia en Athlon va más allá de lo profesional. En primer lugar, hay que ser consciente de la responsabilidad que uno tiene. En mi caso, como director de RSC y sostenibilidad, me preocupo por lo que veo, por lo que siento y, también, por el futuro de mis hijos. Quiero un futuro mejor para la sociedad y en especial para los míos. Por ello, cuánto más investigo y cuánto más leo sobre sostenibilidad, me convenzo de que hay que conseguir un mundo mejor, para beneficio de todos", señala Alexander.

Athlon es una de las primeras empresas europeas de renting de vehículos para empresas, autónomos, pymes y empleados, con una flota de aproximadamente 400.000 vehículos.

"El papel de Athlon en este movimiento va hacia ese propósito. Como compañía, tenemos un poder de influencia bastante fuerte hacia nuestros clientes. Tratamos de utilizar este poder de convicción para que, junto a ellos, podamos hacer posible un mundo más sostenible", agrega.

"Al comprometernos con una misión, nos comprometemos con la sociedad. De esta forma, nos obligamos a estar siempre atentos a lo que pasa a nuestro alrededor. Y ahí encontramos un gran problema: el cambio climático. Por ejemplo, en España, se ha registrado uno de los veranos más calurosos en años.", explica.

"Es cierto que es difícil hacer que la gente cambie de hábitos. Pero cuando la gente ve y comprueba que este problema del cambio climático se acerca y es una realidad, empieza a tomar conciencia y a poner soluciones contra ello. Cada vez más, tanto las personas como las organizaciones, quieren contribuir a la solución en lugar de a la polución".

"Una de las maneras más fáciles para reducir las emisiones, desde el punto de vista de una organización, es electrificando la flota de vehículos. Aunque sé, porque yo soy de Países Bajos donde es más fácil encontrar puntos de carga rápida, que en España todavía no es tan sencillo. Pero por eso tenemos que cambiar las reglas del juego de la movilidad, porque cada vez más la gente está concienciada en hacer algo contra el cambio climático, bajando las emisiones de CO2", afirma.

Un win-win para los clientes

¿Y por qué los particulares y las empresas tienen que pasarse al coche eléctrico?, preguntamos a este directivo. Para Alexander, la respuesta es sencilla y encuentra múltiples razones. Por un lado, desde el punto de vista de las empresas, "porque el Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) impondrá a las compañías europeas un informe de sostenibilidad. Al menos, el 75% de las organizaciones en Europa tendrán que aplicar esta nueva normativa y reportar de manera transparente que sus emisiones han bajado", señala.

Además, "la sociedad cada vez está más comprometida y demanda más sostenibilidad en los servicios. Las empresas pueden verse afectadas si siguen utilizando coches convencionales, porque sus clientes pueden preguntarles el por qué siguen haciéndolo".

"Y mucha gente no quiere trabajar en compañías que solo piensan en ganar dinero; si eres una compañía que solo quiere crecer monetariamente cada año, sin mirar el impacto medioambiental que tienes, que también tiene impacto en lo social, la gente no estará alineada con esos principios y declinará trabajar en ella", agrega.

"Creo que, como compañía tienes que crecer y ganar dinero, pero también creo firmemente que tienes que hacer el bien para la sociedad. Te lo piden tanto la regulación, como tus clientes y tus empleados", concluye Alexander. Y no es una quimera, es una realidad probada por él mismo.

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