Todo apunta a que si hasta ahora el enfoque de la industria del automóvil era el coche eléctrico, una vez conseguido, ahora el siguiente paso será la conducción autónoma. Este es otro escalón muy superior, que permitirá un mundo desconocido ya que podrán subirse y bajarse de un vehículo personas que hasta ahora no lo pueden hacer.

Hablamos de ciegos, niños, personas con movilidad reducida, personas sin carné de conducir. Todos estos usuarios, en un futuro podrán montarse en un coche autónomo y que sean desplazados hasta sus destinos. Y no solo esto. También lo harán con total seguridad, ya que el coche autónomo tiene como principal fin la mortalidad cero en carreteras.

Fruto de esta estrategia, Volkswagen ha presentado un proyecto conocido como Trinity que busca como objetivo el acercarnos a todos a la conducción autónoma. Este prototipo o proyecto Trinity augura una berlina de gran tamaño que podría estar preparada para la conducción autónoma de nivel 4 (el último paso es el nivel 5 y ya no requiere volante) a partir de 2026.

No obstante, Volkswagen advierte de que si bien es cierto que podría estar preparada para el nivel 4, en realidad tendrá de serie un escalón y medio por debajo. Hablamos, en realidad, de que tendría, según la marca un Nivel 2+ de conducción autónoma. Esto es un pequeño paso más que el actual Nivel 2 que tienen una gran mayoría de coches a la venta.

Este proyecto Trinity, que augura un sedán eléctrico, según señala Volkswagen se fabricará en Wolsburg (Alemania) a partir del mencionado año 2026 y marcará nuevas referencias en términos de autonomía, velocidad de carga y digitalización.

Tal como ha explicado la marca alemana, el nombre del proyecto Trinity viene del latín 'trinitas' y significa triple unidad. En este sentido, Trinity representa tres aspectos "cruciales": una nueva plataforma electrónica desarrollada con software de última tecnología, la simplificación de la estructura de suministro y una producción inteligente y plenamente interconectada en su planta principal de Wolfsburg.

"Trinity es, en cierto modo, un punto de cristalización de nuestra estrategia Accelerate, nuestro proyecto faro, el software de nuestro coche soñado", ha subrayado el consejero delegado de la marca Volkswagen, Ralf Brandstätter.

En este sentido, la nueva arquitectura del vehículo marcará referencias en términos de autonomía, velocidad de carga (tan rápido como repostar) y digitalización.

"Estamos utilizando nuestras economías de escala para que la conducción autónoma esté disponible para muchas personas, así como para construir una red neural de aprendizaje. De esta forma, estamos creando las condiciones para el intercambio continuo de datos en nuestra flota de vehículos", ha añadido Brandstätter.

Con la producción de la versión de serie, la planta de Wolfsburg se convertirá en un escaparate para los procesos de producción de última tecnología, inteligente y plenamente conectados. "Repensaremos por completo la forma en que fabricamos coches e introduciremos enfoques revolucionarios. La digitalización, la automatización y la construcción ligera juegan aquí un rol importante", ha añadido el directivo.

Los modelos de vehículos futuros como el proyecto Trinity se producirán con muchas menos variantes y el hardware estará ampliamente estandarizado. Por lo tanto, los coches lo tendrán prácticamente todo a bordo, según destaca Volkswagen.

Asimismo, al convertir el automóvil en un producto basado en software, la compañía creará las condiciones necesarias para nuevos modelos de negocio basados en datos.

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