Muchas son las marcas que han hecho la historia de las 24 horas de Le Mans y no siempre es una cuestión de victorias. Porsche, Ford, Ferrari, Bentley, Jaguar, Alpine, Mazda, Toyota... Pero justo es reconocer que con la marcha de Audi de Le Mans y el Mundial de Resistencia se cierra una época clave. Sin la marca alemana el panorama actual de la especialidad no se parecería ni de lejos a lo que es.

No, los 13 triunfos de Audi no la colocan como la marca más laureada, pero sí opta a ser la marca más importante en la historia de Le Mans. Tras una época de esplendor, la de los GT1, Audi permaneció en Le Mans y le insufló vida. Alguno pensará que simplemente aprovechó la falta de rivales para arrasar, pero desde Ingolstadt supieron no morir de éxito. En 2000 ganaron por primera y ya al año siguiente decidieron innovar imponiéndose con motor de inyección directa. Dejaron que Bentley reverdeciera laureles en 2003 y abrieron la puerta a que equipos privados ganaran en 2004 y 2005 con sus R8, nivelando a su vez el duelo con Pescarolo.

Para 2006 llegó la primera victoria con un diésel en La Sarthe, que dio pie al vibrante duelo con Peugeot, ganado por a 4 a 1 y eliminando de un plumazo críticas sobre si dominó Le Mans por falta de rivales. Y para 2012 las dos marcas debían disputarse el privilegio de ser la primera en ganar con un híbrido, pero la situación de PSA les obligó a retirarse en un episodio similar al que hoy vive VAG. Llegaron Toyota y Porsche y Audi acumuló otros tres triunfos con los R18 antes de que sus hermanos de Stuttgart tomaran el relevo. Como podrá comprobar cualquier lector, uno de los grandes méritos del dominio de Audi Sport es que entre innovaciones tecnológicas, diferentes rivalidades y opciones dadas a equipos privados nunca fue linear y por lo tanto no dio pie al hastío.

Pero es que encima para el ACO Audi ha sido bastante más que un competidor fiel. Ha sido un socio, una pata en la que apoyarse. Sin Audi Sport probablemente las American Le Mans Series, hoy convertidas en United SportsCar Championship, jamás hubieran echado raíces. Y por supuesto no tendríamos un Mundial de Resistencia digno de comparaciones con la Fórmula 1. Por no hablar del esfuerzo a nivel de publicidad y comunicación audiovisual, como esos dos documentales conocidos como 'Truth in 24' y que relatan desde dentro sus victorias en 2008 y 2011.

Tampoco podemos olvidar el aspecto humano. Frente a la apuesta por la tecnología y la frialdad que a veces transmite una marca premium, Audi se ha apoyado en personajes carismáticos. Desde el Dr. Wolfgang Ullrich, prácticamente hijo adoptivo de Le Mans, a Tom Kristensen y la legión de aficionados daneses que abarrotaban La Sarthe cada mes de junio, pasando por ingenieros como la mediática Lena Gaade. Incluso la elección de pilotos dice mucho de la filosofía Audi Sport: en lugar de fichar estrellas de Fórmula 1 apostaron por veteranos como Biela, Werner o Capello que fueron sustituidos con el paso de los años por pilotos a veces olvidados o refugiados en Japón como Lotterer, Tréluyer, Duval... Fueron dominadores absolutos, pero no antipáticos.

Ahora la resistencia, con bases mucho más sólidas que en el año 2000, cuando Audi se quedó prácticamente sola en Le Mans, debe encontrar su camino entre voces que piden reducir dramáticamente los costes y otras que apelan a la necesidad de apostar por energías nuevas como el hidrógeno. Pero todos sus actores (promotores, participantes...) saben que tarde o temprano este les llevará a reencontrarse con Audi en La Sarthe.