"¿Sabías que los gatos tienen más de 200 millones de terminaciones olfativas?", pregunta en un vídeo de Instagram la educadora felina Paula Calvo. Y aclara: "Nosotros apenas llegamos a cinco millones".
Para la experta, esto significa que los gatos viven en un mundo donde los olores lo son todo. De hecho, el sentido más importante para ellos es el olfato: es la ventana a través de la cual entienden el ambiente que los rodea.
A través de su nariz, reconocen a su familia, marcan su territorio, se sienten seguros o identifican peligros. Esta diferencia fisiológica implica que la experiencia vital del felino es radicalmente distinta a la nuestra.
Una firma olfativa
La educadora advierte que, debido a esta sensibilidad extrema, el cuidado responsable exige una comprensión profunda del entorno sensorial del animal. "Para cuidar de un gato no basta con estar presente. Hay que entender cómo influyen los olores en su bienestar", asevera.
Calvo explica que un perfume nuevo, la llegada de una visita o incluso mover un objeto impregnado de olor pueden cambiarlo todo. Cada gato tiene una firma olfativa única, compuesta por su olor corporal, las feromonas de sus glándulas y los aromas del entorno en que vive.
Reconocer a los familiares
El estudio Behavioral responses of domestic cats to human odor, publicado en la revista PLOS One en 2025 por Yutaro Miyairi, muestra que los felinos pasan más tiempo oliendo a un desconocido que a un familiar.
En los experimentos, suelen dedicar menos tiempo al olor familiar. Esto indica que tienen más interiorizado el olor de las personas con las que conviven y las reconocen con mayor facilidad.
Cuando identifican un olor con rapidez, centran su atención en los aromas nuevos.
Depositar feromonas
Cuando un gato te huele (la mano, la cara o el pelo) y luego se frota contigo, está comprobando quién eres a través de tu olor y, al mismo tiempo, depositando feromonas faciales para que pases a formar parte de su "olor de colonia" familiar.
Si llega un gato nuevo a casa o cambias notablemente de colonia, perfume o productos con olor fuerte, es habitual que el gato residente olfatee con más intensidad, se muestre algo desconfiado o marque más.
Ese olor ya no encaja con el patrón olfativo familiar que tiene memorizado, por lo que siente la necesidad de "corregirlo" mediante frotado, rascado o incluso marcaje con orina.
Además del olfato, los gatos también se guían por otras pistas familiares, como la voz, la forma de caminar y las rutinas diarias, pero el olor constituye una parte esencial de cómo reconocen quién es "de casa".
