A veces, los animales parecen tener un sexto sentido. Son capaces de oler, escuchar e incluso percibir cosas antes que nosotros.
Esa asombrosa sensibilidad no solo los convierte en compañeros leales, sino también en verdaderos detectores de emociones, peligros y estados de ánimo.
"Ayer hubo un terremoto de magnitud 3,7 cerca de Victoria en tres puentes y mis animales fueron los primeros en detectar los primeros movimientos", cuenta la bióloga Apurva San Juan. "Empezaron a salir despavoridos de la casa".
Según la experta, esta capacidad de "alerta temprana" se debe a varias sensibilidades que los animales poseen y que nosotros, los humanos, hemos perdido o filtrado.
La clave científica
La clave principal reside en que los animales son más sensibles a las vibraciones del suelo. Cuando ocurre un terremoto, las ondas P son las primeras en llegar al lugar, antes de cualquier otro movimiento.
"Nosotros no podemos percibir estas ondas. No obstante, animales como perros, gatos y caballos pueden percibir las microvibraciones del suelo que son previas a un sismo".
Apurva indica que los animales también escuchan frecuencias que son inaudibles para el oído humano. Algunas especies pueden oír ultrasonidos o sonidos de bajo intervalos.
Específicamente, los terremotos generan infrasonidos que viajan por el aire, y al ser percibidos por estos animales, les provocan nerviosismo y cambios en su comportamiento.
Además, son capaces de detectar cambios físicos mínimos en el entorno que escapan a nuestra percepción. Un gran terremoto puede causar variaciones en la humedad o en los campos eléctricos del suelo, y todos estos son percibidos por los animales.
¿Predicción o reacción?
La experta aclara que la diferencia fundamental está entre predecir y reaccionar.
"Si bien los animales perciben pequeñas señales y son capaces de reaccionar a ellas, los seres humanos hemos aprendido a filtrar los estímulos, lo que significa que aunque podamos ser conscientes de ciertos cambios, no los percibimos como una amenaza", concluye la bióloga.
Aunque podríamos decir que los animales pueden "predecir" ciertas catástrofes naturales, la experta señala que, en realidad, reaccionan antes que nosotros a las señales de una catástrofe.
Por lo tanto, no se puede afirmar que puedan predecir el sismo, pero sí te pueden avisar de que algo malo va a pasar.
